Orozco admite que es preciso revisar el acceso de coches al casco viejo

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO

OSCAR CELA

Dice que la ordenanza es de 1991 y que ahora hay más negocios

10 ene 2015 . Actualizado a las 05:02 h.

El atropello que el pasado lunes le costó la vida a un anciano en la Praza do Campo, y que investiga la policía, solo hizo disparar los acontecimientos para la revisión de las condiciones de acceso del tráfico rodado a las calles peatonales del casco histórico. Así lo apuntó ayer el alcalde, José López Orozco, que dijo que antes del accidente, el Concello ya había empezado a trabajar para actualizar la normativa que regula la entrada de coches al recinto amurallado, porque -dijo- las condiciones han cambiado mucho desde que fue aprobada en 1991 la correspondiente ordenanza.

El presidente de la corporación municipal señaló ayer, en respuesta a preguntas de los periodistas, que en la actualidad hay 750 vehículos particulares autorizados para acceder al casco histórico. A ellos hay que sumar los vehículos de reparto, los de servicios como los taxis, etcétera. Destacó también que dentro del casco histórico se encuentran tres párkings.

López Orozco declaró que, dada la intención de su gobierno de revisar las condiciones del acceso de vehículos al casco histórico, y las sugerencias hechas por la asociación Lugo Monumental, convocó -como ya anunció La Voz- para el miércoles una reunión con representantes del citado colectivo, de los empresarios de hostelería y del centro comercial abierto para conocer sus propuestas. El objetivo es que «o centro histórico sexa peonil e todos teñan os servizos que necesitan».

«Hai que estudalo»

El alcalde admite que es un asunto que «hai que estudalo», porque plantea cuestiones que son debatibles. El gobierno local, tal como publicó La Voz, ya se mostró dispuesto, si los principales interesados así lo desean, a establecer mayores restricciones que las actuales para el acceso de los vehículos de reparto.

Orozco señaló que el número de establecimientos aumentó a lo largo de los últimos años, especialmente después de que la hostelería del casco viejo recuperó la clientela que durante algún tiempo se desplazó a Acea de Olga.

Prácticamente al mismo tiempo que el alcalde efectuaba las declaraciones que quedan reseñadas, al pie de la casa consistorial se cruzaban tres furgonetas de reparto, un turismo de alta gama salía del garaje de un edificio del carril de Los Franciscanos y frente al lateral de la casa consistorial estaban aparcados varios coches. Algunos de los peatones que pasaban por allí en ese momento miraban con recelo el movimiento de los vehículos. Es de destacar que las dos principales agrupaciones de vecinos se muestran partidarias de incrementar el control sobre el acceso de coches al casco histórico y de que los agentes de la Policía Local tenga más presencia en las calles y plazas de la zona peatonal.