En Lugo, en estas Navidades, se armó el gran belén del HULA. Belén, según se sabe por la RAE, es la representación del nacimiento de Jesucristo; pero es también, como fija la Academia, «negocio o lance que puede ocasionar contratiempos o disturbios». Y es confusión, y, además, el lugar en el que se da. Pues eso, confusión y posibilidad de contratiempos es lo que armaron la Xunta y los diputados del PP al descafeinar la iniciativa legislativa popular para dotar al hospital de Lugo de radioterapia, hemodinámica durante todo el día y medicina nuclear. Hay montado un belén notable y, a diferencia del nacimiento, no se desarmará una vez concluidas las fiestas. El PP en Lugo anda metido en belenes que pueden hacerle pasar un verdadero calvario electoral. En medio de este paisaje, el paso al frente dado por la delegada de la Xunta, Raquel Arias, al postularse para ser la candidata popular a la presidencia de la Diputación, ha tensado aún más las cuerdas del partido en la provincia y está por ver en qué acaba el asunto. Al PP, según se ve, se le da bien armar el belén.
Al popular Jaime Castiñeira, candidato aún no confirmado del PP a la alcaldía de Lugo, la posición de su partido, y la suya propia, en relación con los servicios tan ampliamente demandados por la sociedad lucense para el HULA, le pesará como una losa durante la campaña para las elecciones locales. Castiñeira no deja de decir que Lugo tendrá en su hospital los servicios que demanda. Pero, ¡vaya usted a saber por qué!, hay un gran número de lucenses que no acaban de creérselo. Castiñeira, que no carece de cierta habilidad para meterse en problemas, tiene las circunstancias en contra. Los plazos que el propio partido fija para que el HULA cuente con los nuevos servicios serán una piedra en su carrera electoral, porque se alejan ampliamente de la cita con las urnas en mayo. El cabeza de lista del PP es, y seguirá siendo a cuenta del HULA, el pimpampum de toda la izquierda lucense y de esa otra parte del centro derecha que se denomina Foro Lugo Independiente. Algunos recuerdan que el edil Enrique Rozas advirtió en su momento, y a tiempo, de que el PP tenía que apretar acelerador si quería derrotar electoralmente a Orozco. Ahora bien puede decir, como Ortega con respecto a la República, «no era esto, no era esto». Hay quien piensa, seguramente sin motivo, que el HULA dispondrá de los nuevos servicios muy cerca de las próximas elecciones autonómicas.
Mientras la sociedad lucense presiona al Gobierno gallego para ampliar los servicios del HULA, en el PP se vive una especie de anómalo proceso de primarias para decidir quién será su aspirante a presidir la Diputación. La delegada de la Xunta, Raquel Arias, le echó agallas al asunto, dio un paso adelante y dijo que ese puesto lo quiere para sí y que está dispuesta a competir por él. Si dio tal paso por iniciativa propia o lo hizo estimulada desde algún ámbito del partido con fines entendibles en clave interna, es algo que antes o después trascenderá.
El paso adelante de Arias deja en situación delicada frente a socialistas y nacionalistas a la portavoz popular en la Diputación. Elena Candia ha venido manteniendo con tesón, esfuerzo y eficacia el pulso al socialista Gómez Besteiro, secretario general del PSdeG. Candia, a tenor de unas recientes declaraciones del presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijoo, también está dispuesta a optar a la candidatura a la presidencia de la Diputación, pero, de momento, ella no lo ha dicho explícitamente. Uno de los perfiles más llamativos de este asunto es el silencio mantenido durante días y días por el presidente provincial del PP, José Manuel Barreiro, portavoz de su partido en el Senado. ¿Por qué fue tan largo su silencio?
A Barreiro le conviene jugar para la galería, tanto en clave interna como externa, antes de que se extienda más en algunos ámbitos de su partido la creciente sensación de que le interesa más Madrid que Lugo. Y más con el asunto HULA en plena efervescencia y cobrando alcance gallego. Igual que ya hizo Gómez Besteiro, secretario general del PSdeG, el portavoz nacional del Bloque Nacionalista, Xavier Vence, confirma que acompañará a un enfermo lucense en su recorrido por la llamada ruta del cáncer para recibir tratamiento en otra provincia.
En Lugo, sí, el PP tiene montado un buen belén. Hay quien dice, y no tiene por qué ser verdad, que Orozco, visto lo visto, tararea «yo me remendaba, yo me remendé».