«Aquí se sufre, pero en Gaza se opera con la luz de un móvil»

Lucía Rey
lucía rey LUGO / LA VOZ

LUGO

OSCAR CELA

Testigo de la última operación israelí, que dejó 1.500 muertos y 11.000 heridos, ofreció ayer una charla en Lugo invitado por EU

04 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que en el 2011 se trasladó a vivir de forma permanente a Gaza, Manu Pineda actúa como escudo humano en ambulancias y hospitales para proteger a campesinos y pescadores palestinos de los bombardeos y ataques israelíes. Cuando vuelve a España, este activista malagueño por los derechos humanos de 49 años, y miembro de Unadikum, difunde las tragedias de los territorios ocupados para demandar una movilización internacional que ponga freno a un drama que compara con el apartheid que sufrió Sudáfrica. Invitado por Esquerda Unida, ayer estuvo en A Cova da Terra, en Lugo.

-Fue testigo de la última operación de Israel contra Gaza, llamada «Margen protector»...

-Ha sido la más dura de la historia. Y no es algo que diga yo, lo dicen todas las organizaciones internacionales. Aparte de provocar 1.200 muertos, de los que más de 500 eran niños, ha dejado 11.000 heridos de gravedad, con la columna vertebral partida, el cráneo reventado, o sin brazos y piernas. Además se han destruido ciudades enteras, y a pesar de que acabó el 24 de agosto, sigue habiendo 110.000 personas sin un techo bajo el que protegerse, y el invierno está siendo muy duro.

-¿Resulta más difícil fomentar la solidaridad con Gaza cuando en España hay millones de personas en apuros por la crisis?

-Cuando a uno lo expulsan de su casa y se queda en la calle, durmiendo en portales y viviendo de lo que puede, como está ocurriendo, no le podemos pedir que se movilice por Palestina. Ya tiene suficientes problemas. Es verdad que es un mal momento para llamar a la solidaridad porque aquí se sufre, pero en Gaza ha habido operaciones en hospitales con la luz de la linterna de un teléfono móvil porque el bloqueo que dura desde el 2006 hace que no entre ni material de construcción, ni medicinas ni carburantes; y los hospitales están sin electricidad porque funcionan con generadores.

-¿Qué se puede hacer desde aquí?

-No pedimos ayuda que suponga coste económico, sino movilización internacional contra un régimen criminal. Si nos enteramos de que una cadena española vende, por ejemplo, patatas de Israel, presionamos para que no lo haga, y si sigue, hacemos un llamamiento para que la gente no compre.

manu pineda activista por los derechos humanos de unadikum