Declaró que la actuación se ajustó a la legalidad aunque fuese mejorable, pero Cribeiro insiste en que fue maltratado
27 nov 2014 . Actualizado a las 01:59 h.
El arresto de Antonio Pérez Cribeiro, testigo clave en la operación Pikachu (pieza separada de la Pokémon) por parte de la Policía Local de Ferrol fue una actuación «en todo momento correcta», aunque «se podía haber mejorado, no en el sentido estrictamente legal, a lo mejor en algún detalle», dijo ayer el jefe de la comisaría de la Policía Local de Ferrol, Emilio Martínez Rodríguez. Hizo estas manifestaciones a la salida de los juzgados de Lugo, tras declarar durante algo más de una hora, en calidad de testigo, ante la jueza Pilar de Lara. La magistrada pretende aclarar en qué términos se produjo la intervención, ante las contradictorias versiones con las que se ha encontrado, tanto en las declaraciones como en los informes. En el momento del arresto, que según la Policía Local se produjo a causa de varias llamadas de vecinos, Pérez Cribeiro portaba una pistola de fogueo.
Martínez reconoció ante la jueza que la intervención policial podía haber sido «más acertada» de lo que fue, aunque defendió la actuación de los agentes, y tuvo que explicar las razones por las que el operador del 092 no recogió en el libro de telefonemas las llamadas relativas a la actuación, que parece ser que fueron varias, una de ellas para solicitar refuerzos.
El jefe de la Policía Local de Ferrol fue preguntado sobre los dos informes sobre la detención que obran en poder del juzgado. Uno es un atestado, que firman cuatro agentes locales como testigos, que dicen que una persona escayolada -Pérez Cribeiro- estaba parando el tráfico, que fue trasladado a la comisaría para ser identificado y allí sacó el carné de identidad de la cartera. Recoge también la comparecencia de una conductora que asegura que solamente la paró para pedirle que lo trasladara a la siguiente parada del bus. El otro informe, posterior, tiene fecha de 9 de noviembre, está firmado por seis agentes, y recoge que iba encañonando a los transeúntes. Fue redactado, según algunas fuentes, porque lo solicitó el juzgado. La instructora tenía interés en saber cuál de los dos informes sobre una misma actuación, que eran contradictorios, relataba lo ocurrido realmente en la intervención.