El acusado explicó que tras la matanza fue amenazado por su colega para ir a Lugo a un burdel

La Voz

LUGO

30 sep 2014 . Actualizado a las 09:52 h.

Tras los sangrientos hechos de Burgás, ambos regresaron en el Twingo a casa de Calaza. «Él se subió al coche con varios objetos: carteras, incluso el móvil; pero no vi ni el hacha ni nada ensangrentado», dijo el acusado. Precisamente para que no hubiese restos en las ropas, el Pibe le prestó un pantalón y calzado a Brais, que se quitó las zapatillas, que luego acabarían delatándole por la media luna de la suela, y porque las dejó allí en casa de Calaza. «Yo en ese momento estoy rayado. Me quedé en shock y le dije que me había metido en un grave follón. Él no quería quedarse en casa con su mujer así que me amenazó para que fuera con él a un burdel a Lugo. Y fui, pero me quedé en el coche» dijo.