La Feira do Poldro divide Muras y el ganado de monte lo repartieron en dos curros

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO

El concejal Manuel Requeijo (izquierda) y su hermano Carlos.
El concejal Manuel Requeijo (izquierda) y su hermano Carlos. óscar cela< / span>

No hubo abrazo de reconciliación y tampoco está previsto que se produzca a corto plazo

29 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La Feira do Poldro e do Gando do Monte de Muras que se celebró gracias a un acuerdo sellado días antes entre el alcalde, Issam Alnagm y la familia del concejal del BNG Manuel Requeijo, congregó en A Gañidoira a miles de personas. No hubo el esperado abrazo de reconciliación entre ambos, después de que el presidente de la corporación de Muras se retractara y pidiera disculpas, ni lo habrá, casi con seguridad en los próximos meses. Las diferencias entre ambos políticos, que se retrotraen a discrepancias de antes de los días previos a la feria, fueron el tema de conversación en un recinto, por primera vez en la historia de la feria, dividido en dos curros.

También fue significativa la ausencia de autoridades para arropar a Issam Alnagm que sí estuvo acompañado por su equipo de gobierno y por sus colaboradores.

En la parte más próxima a la carretera, es decir, en la finca que desató el conflicto, propiedad de la familia del concejal nacionalista, se mantuvo la estructura de madera de los años precedentes y allí había ganado caballar, vacuno y cabras autóctonas de los montes cercanos. En la otra finca, que es la primera vez que utilizan para celebrar la feria, propiedad de una persona parece que afín al partido del alcalde, el PP, los animales, todos ellos caballos, estaban encerrados en un curro metálico desmontable.

Los tratantes y los dueños del ganado no se mostraron dispuestos a dar explicaciones sobre las razones por las que el ganado estaba tan repartido entre los dos curros. Los primeros iban de un recinto al otro en busca de unas transacciones que a media mañana eran, según ambas partes, escasas. Vendedores y compradores se quejaban de los precios.

A una mujer que quería adquirir una yegua domesticada le parecieron desorbitados los 2.000 euros que le pedía el dueño por el animal. Una hembra de características parecidas, pero salvaje, la vendían a 600 euros.

Los premios

Los precios de las cabras gallegas si que alcanzaron precios interesantes. Una hembra preñada, joven, se vendía a 200 euros. Los cabritos a entre 90 y 100 euros el ejemplar.

El jurado de la feria levantó acta de los premiados sobre las once de la mañana. El del mejor semental bovino fue para José María Cota; el mejor semental caballar para Antonio Carballal; mejor cría bovina, Dolores Vázquez; y mejor cría caballar, José Vázquez.

Por mayor número de ejemplares en la feria premiaron a Manuel Capón, José María Cota, Bertín Pita Carballido, Elvira Pena Rodríguez, Celia Rey y Carlos Requeijo Penabad.

en directo las consecuencias de la polémica entre el alcalde y el concejal del BNG