La avioneta despegó de Outeiro de Rei tras cumplir el protocolo de Aviación Civil

Marta de Dios Crespo
marta de dios LUGO / LA VOZ

LUGO

OSCAR CELA

La aeronave accidentada pasó dos días sin despegar en el prado de un vecino

28 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Devolver a Rozas la avioneta accidentada el pasado lunes en Carballido fue más difícil de lo que podría parecer a simple vista. Desde primera hora de la mañana de ayer, los técnicos de la empresa propietaria de la aeronave trabajaron para cambiarla de ubicación. El objetivo era doble, protegerla de la vista de los curiosos y buscar un lugar más apropiado en caso de que tuvieran que hacerla despegar.

A las 8.00 de la mañana comenzaron los trabajos, que consistieron en desplazar el aparato unos 500 metros hasta la finca de Antonio, un terreno colindante con el primer prado donde la avioneta antiincendios tocó tierra, llevándose por delante un par de cierres. Con la ayuda de un tractor y el consentimiento de los propietarios, los operarios consiguieron bajar las vallas para que el avión ligero -modelo Dromader- pudiera acceder por si mismo a su nueva ubicación.

El único percance de la jornada se produjo cuando una de las ruedas de la aeronave quedó encallada a medio camino y, tras varios intentos, fue necesaria la ayuda de un gato y unos tablones para sacarla adelante.

Con la avioneta enfilando un prado más largo -con unos 350 metros por delante-, con el viento a favor y el terreno preparado, todo parecía apuntar a que el aparato estaba listo para despegar. Sin embargo, los operarios recogieron y se marcharon, dejando a Antonio al cuidado de la avioneta toda la tarde.

Desde la Consellería de Medio Rural aseguraban ayer que no tenían información sobre los motivos por los que la avioneta pudiera seguir parada en el lugar de Carballido, aunque diferentes fuentes nos confirmaron que la empresa podría estar negociando directamente con Aviación Civil sobre el protocolo de investigación para aparatos siniestrados y la forma de evacuación más adecuada.

A pesar de que las condiciones parecían ya propicias para trasladar la avioneta por el aire, la improvisada pista de despegue terminaba atravesada por una pista, a pocos metros de la vía del tren y de la autovía, con los consiguientes riesgos en caso de que el avión ligero no consiguiese alzar el vuelo o alcanzar la altura necesaria. Cosa que, afortunadamente no paso. A las 21.00 horas de la noche, un piloto consiguió elevar la aeronave y abandonar Carballido.

La Dromader accidentada en Outeiro es de fabricación polaca y tiene capacidad para trasladar en su interior 2.200 litros de agua. El lunes, colaboraba en la extinción de un fuego declarado en Ombreiro cuando una avería mecánica en el motor provocó que su piloto, de nacionalidad suiza, tuviese que practicar un aterrizaje de emergencia en un prado cercano. Afortunadamente, nadie salió herido.