La polémica por el campamento de Muras llega al juzgado de Vilalba

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios VILALBA / LA VOZ

LUGO

OSCAR CELA

Los organizadores de la iniciativa demandan al alcalde por presunta prevaricación administrativa

05 ago 2014 . Actualizado a las 06:55 h.

La polémica desatada por el campamento de verano que se organizó en una aldea del municipio de Muras ha llegado a los juzgados de Vilalba. Los promotores de la iniciativa, que acabó antes de lo previsto tras públicas desavenencias con el alcalde han presentado una demanda contra el regidor, Issam Alnagm, por la presunta comisión de prevaricación administrativa y de abuso de poder.

En cuanto a la supuesta prevaricación, los organizadores del campamento, cuyos niños llegaron a Muras a finales de junio y se marcharon antes de que se hubiese cumplido la primera quincena de julio, aseguran que el alcalde murense les autorizó el uso de la aldea de Cartelle sabiendo «a ciencia cierta» que tal uso no era posible por la falta de los permisos «pertinentes», que debería de conceder la Xunta.

En la denuncia se recoge también que al Concello de Muras, ya el año pasado, se le había planteado la posibilidad de organizar un campamento de verano para niños. Los contactos fructificaron este año, y en abril el Concello, según aparece en el texto presentado en el juzgado, notificó a los promotores que estaba estudiando la forma jurídica más «ágil» y «acorde con la legalidad» para realizar la concesión, y se decidió que fuese la concesión directa de las instalaciones.

El pasado 29 de junio, tal como aparece en la denuncia, el regidor exigió a una de las responsables del campamento, Kathy Nahdene Owen Newman, la entrega de 3.000 euros en concepto de alquiler, petición que fue rechazada por no figurar en las condiciones de uso acordadas y por sospechar que con ello se buscaba un aprovechamiento económico «ilícito» amparado en el cargo.

El día en que se pidió esa cantidad era domingo, lo que hacía además imposible el ingreso de esa cantidad en una cuenta del Concello; por otro lado, se consideraba que esa actitud suponía «un claro ejemplo de corrupción». Las relaciones entre los organizadores de la estancia de los niños y el Concello murense fueron enturbiándose desde entonces, hasta acabar, el 9 de julio, con la marcha de los organizadores y de los niños a una casa de turismo rural de Xermade.

Los asistentes acabaron trasladándose al vecino municipio xermadino