Aumentan en una década los municipios con más población masculina que femenina, algo poco habitual en España
19 ene 2014 . Actualizado a las 22:08 h.En los concellos de la montaña de Lugo viven más hombres que mujeres. Es una tendencia histórica del rural lucense y ourensano, una peculiaridad dentro de la demografía gallega y española. Y este dato objetivo se ha acrecentado en los últimos años. Si en 1999 había 20 concellos con más población masculina que femenina, a 1 de enero del 2013 (últimos datos oficiales del INE) señalan que ya son 25 los municipios, porque hasta los concellos limítrofes con la capital, como Guntín, Rábade, Láncara o Outeiro (en este caso influye el factor de la prisión) tienen más hombres que mujeres.
Como explica el profesor de Xeografía de la USC Carlos Ferras hay condicionantes históricos, sociales, culturales y económicos que influyen en esta «anomalía» que se vive en la provincia de Lugo. Y eso que por estadística las mujeres tienen una esperanza de vida mayor que los hombres.
Así, en la montaña se sigue dando un perfil de hombre soltero, de más de 50 años y que, en la mayoría de los casos por ser el primogénito, se hizo cargo de la casa y de las tierras. El clima extremo, el aislamiento, la falta de oportunidades y un modelo patriarcal -señala Ferras- obliga a la mujer a emigrar, principalmente a las capitales de provincia. Ellas, aunque no tengan formación, se animan a buscarse la vida, mientras que los hombres sin formación son más reacciones a abandonar la casa. «Las mujeres son las primeras en abandonar el hogar familiar; se marchan en edades tempranas por el escaso futuro que les depara», señala Ferras.