Cultura en Láncara, magia y comercio nocturno

maría caravel

LUGO

FOTO SUSO

27 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Láncara vivió una jornada cultural con la entrega de la duodécima edición del premio Ramón Piñeiro: Facer País, que en esta ocasión recayó en la Mesa pola Normalización Lingüistica. En una mañana marcada por la defensa del gallego, tanto la conductora del acto, la actriz Isabel Risco como el presidente de la Mesa y encargado de recoger el premio, Carlos Callón, o el delegado de Cultura de la Diputación, Mario Outeiro, destacaron la persecución que está sufriendo el idioma desde todos los ámbitos y pusieron ejemplos de situaciones cotidianas en las que los protagonistas despreciaban la lengua de Castelao. El premio contó en esta ocasión con un acto especial, la presentación de una publicación que recoge un resumen de los premiados de las once ediciones anteriores editada por la asociación Val de Láncara y colaboraciones de algunos literatos. La celebración concluyó con una comida popular en la que participaron alrededor de dos centenares de personas. Se estrenó en el acto el cónsul de Cuba en Galicia, José Antonio Solana. La convocatoria de este premio tiene años de antigüedad, y se ha convertido en una de las principales citas de la vida cultural de la provincia, con un variado número de personalidades distinguidas en ediciones anteriores.

Magia en Guitiriz

Disfrutar de una sesión de magia no es una opción que se presente todos los días, aunque estas representaciones son más habituales que hace años. En Guitiriz, en días pasados, se celebró una representación protagonizada por el Mago Antón, una de las referencias de esta modalidad en Galicia.

Gran noche en As Termas

Algo que no es exactamente mágico pero que sí despierta interés y curiosidad es una iniciativa como la vivida anteanoche en As Termas. En ese centro comercial de la ciudad amurallada se desarrolló la iniciativa denominada As Termas Midnight. Se supone que los que dominen el inglés entenderán bien lo que con esa expresión se quiere decir, y para los que no posean tanta soltura en la lengua de Shakespeare (y de The Beatles, por supuesto) aclaramos que se trató de una experiencia en la que los establecimientos estuvieron abiertos hasta medianoche. La convocatoria tuvo buena respuesta, ya que se contaron por miles las personas que pasaron por el centro comercial en esas horas en las que las persianas están bajadas, y las luces de los escaparates, apagadas. Para amenizar este tiempo extra de apertura se celebraron diversas actuaciones y otros actos sorpresa, de modo que compradores y visitantes no carecieron de alicientes.