El Obispado de Lugo está preparado una peregrinación para los lucenses que deseen acudir el 13 de octubre hasta Tarragona, donde serán beatificados unos 500 mártires del siglo XX en España, entre ellos el que fue obispo de la diócesis lucense, Manuel Basulto Jiménez, entre 1910 y 1919.
Biografía
Nacido en 1869 en Adanero, en Ávila, realizó estudios eclesiásticos en la ciudad castellana, donde fue ordenado presbítero en 1892. Licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid, fue canónigo magistral de León y lectoral de Madrid. Fue obispo de Lugo entre el 3 de septiembre y el 18 de diciembre de 1919. Fue consagrado 16 de enero de 1910 por el nuncio Antonio Cardenal Vico, en la iglesia de los paúles de Madrid y nombrado senador en 1916. En 1919, Benedicto XV lo nombró obispo de Jaén. En su escudo rezaba el lema: «Quien a Dios tiene, nada le falta».
Martirio
El 2 de agosto de 1936 fue detenido en el palacio episcopal de Jaén junto con su hermana,, el esposo de esta y el deán de la catedral. Estuvo encarcelado en el templo jienense y fue trasladado el 11 de agosto en el conocido como «tren de la muerte», con destino a Alcalá de Henares. Según historiadores, este tren fue asaltado en la estación de San Catalina de Madrid y el obispo, y otros 190 presos, fueron ametrallados y sus cadáveres saqueados. Dos de los supervivientes señalaron que el obispo dijo de rodillas: « Perdona, señor, mis pecados y perdona también a mis asesinos». Se encuentra enterrado en la cripta de la iglesia del Sagrario de la catedral de Jaén.