«Si se fuera triste me moriría de pena, pero siempre vuelve feliz»

La Voz

LUGO

16 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Querer es poder» es una de las máximas de Lorena Rodríguez. Esta lucense acoge por tercer verano consecutivo a Daniil, que de 9 años. Aunque su estado civil es distinto -ahora la joven está separada-, no dudó en seguir participando en el proyecto solidario que facilita a los niños que viven en la región de Briansk, en las inmediaciones de Chernóbil, dos meses al año al margen de la radioctividad.

-Económicamente no fue tan fácil traerlo como otros años, pero es una experiencia muy gratificante, tanto para él como para mí, y por suerte tengo el apoyo de mi madre y de los amigos, que cuidan de él cuando estoy en el trabajo.

-Aquí están bien, pero la vuelta es complicada...

-Si se fuera triste me moriría de pena, pero siempre vuelve feliz. Estamos todo el año en contacto. Es un niño muy bueno y muy cariñoso. Le gusta mucho la playa, el agua, la comida de aquí. Es increíble cómo sin haberle enseñado lee en español.