Un guardia acusado de ir bebido dice que tomó güisqui en el hospital

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

El patrullero que conducía volcó y otro agente resultó herido

03 abr 2013 . Actualizado a las 07:05 h.

Un agente de la Guardia Civil, acusado por el fiscal de conducir bebido en concurso con conducción temeraria con resultado de lesiones, dijo ayer en la Audiencia Provincial de Lugo que no llegó a probar una gota de alcohol antes de ir a trabajar, ni tampoco durante el servicio. Lo hizo en el hospital al que lo trasladaron para prestarle asistencia sanitaria. Cuando se encontraba en el mismo, explicó, llamó a su esposa y le pidió que le llevara unos botellines de güisqui que tenían en casa y se los tomó. En la prueba de alcoholemia que le hicieron con una analítica dio una tasa de 2,47 gramos por litro.

Abel F. G., el acusado, se enfrenta a la petición de un año y nueve meses de prisión y a la privación del permiso de conducir por un tiempo de cuatro años. La acusación pública también le imputa otro delito, en este caso por no querer someterse a las pruebas de alcoholemia que le plantearon sus compañeros en el lugar donde tuvo el accidente. Por este hecho reclama la imposición de 8 meses de prisión y la retirada del carné por un tiempo de 15 meses.

Los hechos que llevaron al banquillo al agente sucedieron en las últimas horas de la tarde del 12 de octubre de 2012. Según el fiscal, el guardia conducía un coche oficial del puesto de Baamonde. Lo hacía, según la acusación, tras haber ingerido bebidas alcohólicas. En el kilómetro 12 de la carretera de Rábade a Vilalba se salió de la vía por la parte derecha, volvió a la calzada y se salió por la parte izquierda y acabó volcando.

En ese momento, el conductor hacía un adelantamiento en una zona permitida, pero otros usuarios de la vía tuvieron que meterse en el arcén para evitar la colisión. Los daños causados en el vehículo oficial fueron tasados en 30.000 euros.

El agente, explicó el fiscal, no quiso someterse a la prueba de alcoholemia. Se la realizaron a posteriori en el hospital. Presentaba, según el atestado, rostro pálido, pupilas dilatadas y repetición de frases. El compañero del conductor tardó 176 días en curar de las heridas sufridas.

En los prolegómenos del juicio, el abogado del guardia, Alejandro Fernández Pumariño, dijo que el atestado se instruyó por negativa a no someterse a la prueba de alcoholemia y que los demás delitos que le imputan eran una sorpresa. Entiende que esta circunstancia supone una vulneración de los derechos del imputado porque, dijo, nunca llegó a ser informado de la imputación de otros delitos. Por ello pidió la nulidad de actuaciones y que estas se iniciasen con la acusación inicial. El tribunal no aceptó este planteamiento.

En cambio, sí decidirá en sentencia si la prueba de alcohol que le hicieron tras una extracción sanguínea se ajustó a derecho porque fue realizada antes de la autorización judicial, según expuso el letrado al iniciarse la vista.

Bebe cuando tiene estrés

El guardia, en sus declaraciones, dijo que había entrado a las dos de la tarde y que no había bebido absolutamente nada porque estaba tomando medicación. El accidente, en su opinión, se debió a que sufrió un espasmo muscular en una pierna que tuvo que agarrar y motivó que se le fuera el vehículo.

Dijo que era una persona muy deportista y que no bebía, salvo cuando le afectaba el estrés. El día de los hechos, tras su llegada al hospital, pidió a su mujer que le llevara los botellines de güisqui al hospital y se bebió el contenido.. Esta teoría fue confirmada por la testigo.

Cuando le preguntaron la razón por la cual no hizo la prueba de alcoholemia cuando se lo pidieron sus compañeros dijo que se debía a que tenía cristales en la boca.

El acusado expresó que se encontraba de baja psicológica desde que tuvo el accidente. El juicio no finalizó ayer como estaba previsto. Se suspendió como consecuencia de la incomparecencia de un testigo. Volverá a reanudarse el próximo viernes, a partir de las diez de la mañana.

Crónica los agentes tampoco se libran del banquillo

«No hice la prueba de alcohol porque tenía cristales en la boca»

El imputado dijo que el accidente se debió al espasmo sufrido en una pierna