En tres meses participaron una veintena de personas en las visitas guiadas
21 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El cementerio municipal San Froilán, además de lugar de reposo para los fallecidos y de culto a los seres queridos que ya no están, es también un museo, una auténtica galería de arte funerario abierta a todo el mundo desde que en el 2010 el Ayuntamiento lucense puso en marcha las visitas guiadas por el campo santo.
Los recorridos históricos despiertan cada vez más interés como alternativa turística, aunque es un proceso que va lento: «Na nosa sociedade a cultura da morte e o seu sentido tráxico están moi arraigados, por iso supón un gran esforzo a integración dos cemiterios, lugar de reencontro coas propias raíces, de paz e de lembranza, como depositarios dunha parte importante do patrimonio histórico e cultural das vilas e cidades», explican fuentes municipales.
Aun así, entre mayo y julio participaron una veintena de personas en las visitas guiadas y, tras el parón de agosto por vacaciones, se retomaron de nuevo en septiembre. Debido a la dificultad de acercar estas actividades a la sociedad, estas cifras se valoran muy positivamente. En cuanto al perfil del visitante, destacan que se trata de personas «cultural e socialmente activas e emocionalmente positivas, abertas a novas experiencias, perspectivas e diferentes visións do mundo», continúan desde el Concello.
El objetivo es convertir esta visita al campo santo en una alternativa más para el turismo. De ahí la integración del cementerio San Froilán en la Asociación de Cementerios Históricos Europeos y en la Ruta Europea de Cementerios Históricos, en la que se participa junto con otros tan importantes como los de Londres, Maribor (Eslovenia) o Varsovia.