Política de escapismo en días de presupuestos de crisis

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO

25 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En Lugo, según extendida opinión popular, ahora hay más días de sol que en ese otro período pasado y vagamente remoto al que suele denominarse «antes». Por el contrario, en el parque de placas solares del Ayuntamiento, instalado en O Ceao, hay ahora menos paneles que en el proyecto aprobado antes por los munícipes lucenses. Y la oposición (PP), que no puede pedir explicaciones de los cambios de humor del sol, quiere que el gobierno local (PSOE-BNG) aclare qué fue de 120 placas. Tan comprensible como el interés del PP por el menguante parque de paneles solares, es el de socialistas y nacionalistas por conocer cómo se esfumaron los planes de la Xunta para los edificios del antiguo Hospital Xeral. Antes, cuando las elecciones, había un montón de compromisos; ahora ya no, ahora la Xunta de Feijoo pide cambios en el planeamiento de los terrenos del viejo hospital, que son dotacionales.

En el PP de Lugo también hay misterios sin resolver. Uno que resulta de gran interés para no pocos militantes populares es qué fue de Enrique Rozas. No menos interesante es el mágico escaqueo del laboratorio de referencia que debería instalarse en el antiguo Hospital Xeral y que no se instalará. O el informe técnico sobre el estado del cerrado edificio de hospitalización. Dicen que existe, pero solo lo conoce la Xunta, según parece. A Jaime Castiñeira, portavoz popular en el Ayuntamiento, Feijoo y su equipo no se lo ponen fácil. ¿Será también cosa de Feijoo la casi desaparición del escenario político de Enrique Rozas? ¿Será también atribuible a Feijoo la insinuación de la Xunta para modificar la calificación del antiguo Xeral en el planeamiento urbanístico que aprobó Castiñeira? Así, ante tanto misterio, el caso de los paneles menguantes de O Ceao, que es asunto serio, no despierta el interés que merece. La concejala Isabel Devesa, munícipe impetuosa, expone el asunto con energía, como corresponde al caso. Pero son menos los lucenses interesados en la energía solar que en la decadencia del barrio de A Residencia. El paisaje de tiendas, garajes y bares cerrados es un grito de la ciudad a las instituciones, señaladamente a la Xunta, para que cumplan sus compromisos. Los paneles de O Ceao no ocultan la agonía del barrio de A Residencia. A muchos vecinos les gustaría que los que cobran por gobernar dijeran lo mismo que acaba de decir el director de Tablicia, Ernesto Jarabo: ni se cierra ni se vende.

En el Bloque, como en Tablicia, también dicen que no cierran, que siguen por más que se vayan los de Máis Galiza de Lage, los Irmandiños de Beiras y algunos nacionalistas huérfanos de siglas. Lage confirmó la baja en el Bloque de más de 50 miembros de Máis Galiza y explicó los planes para poner en marcha una nueva alternativa política. En el mismo proyecto están gentes con nombre propio y amplia experiencia: Alberte Xullo Rodríguez Feixóo, Mingote, Arrizado, y así. Sólo les falta lucir un poeta, que es algo que siempre queda bien. Y los poetas, como avisó Umbral, «son baratos aunque sean geniales».

Lugo, ciudad mínima, es ciudad muy entretenida. Sí, claro, por los casos Muralla, multas (por un lado, las de tráfico, por otro las de la Policía Local), los carnés de los chinos, Campeón y Carioca. Pero también por el cambiante escenario político y por las decisiones de la Xunta. Ahora parece que, dos años después, Cultura ha resuelto eliminar la maleza que crece en los paramentos de la Muralla. Es un buen entretenimiento en espera de la rehabilitación de la fuente de A Tinería, la reparación del museo de San Roque y la creación del centro de la romanización. Para entonces, igual se aclaró ya el misterio de los paneles menguantes de O Ceao.

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