Las primeras cien horas de un asesinato que huele a venganza

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

XERMADE

Los expertos barajan si fue por encargo y creen que participaron varias personas

26 feb 2012 . Actualizado a las 07:06 h.

Hoy se cumplen cien horas del doble crimen de Burgás (Xermade). Lo ocurrido en Casas Novas tiene olor a venganza. Por esa senda parecen encaminarse los muchos investigadores llegados,de casi todas partes para tratar de buscar a los autores de un suceso conmovedor. El sadismo del asesinato del miércoles de ceniza tiene muy pocos antecedentes en la historia criminalística reciente de la provincia lucense. Ese terrorífico actuar de los desalmados le proporciona al hecho ciertos aires sicilianos e, incluso, de banda colombiana.

A continuación se analizan diversos aspectos relacionados con un suceso conmovedor.

el objetivo

Los expertos descartan el robo

A diversos especialistas policiales consultados ayer les resulta difícil el inclinarse por la posibilidad de un robo, aun cuando parece que la única superviviente de la matanza así lo hubiese puesto de manifiesto. En este sentido puntualizaron que ese dato procede de la investigación, y habría que determinar si es exacto o fue aportado con otros fines.

Los expertos aseguran que nadie que va a robar a una casa se pasa tiempo en la misma matando con saña. Hay muchos casos, eso sí, en los que los ladrones torturan a sus víctimas para conseguir que les informen de dónde está lo que ellos buscan. «Si voy a robar, el objetivo es llevarme el botín, no la tortura o el descuartizamiento. Si tengo que cortar un dedo para conseguir que me digan dónde está el dinero, lo hago y no me complico más», apuntó un agente experto en delitos de sangre.

Otro aspecto que destacan los especialistas son las torturas a las víctimas. Este sistema no lo emplea cualquiera. «Con lo que se está contando de lo ocurrido en la casa de Burgás, quedan realmente muy pocas dudas de que no no se planteó ningún robo, aunque conviene cautela», añadió la misma fuente.

LAS causas

¿Porqué se piensa en un ajuste de cuentas?

Lo ocurrido en Burgás tiene cierto aire de mafia porque quienes participaron en la matanza de Víctor Hermida Purriños, de 74 años, y de su hijo Eulogio Hermida Rodríguez, de 51, parece como si quisieran demostrar que habían cumplido un encargo. En zonas donde operan grupos mafiosos, hay decenas de casos similares. Es más, en países sudamericanos las bandas asesinas no solo van a por la persona que les interesa sino que también pagan sus familiares. Todo esto no quiere decir, ni mucho menos, que los asesinos de Xermade pertenecieran a un grupo especializado. Sin embargo, los expertos consultados no consideran descabellado pensar, o por lo menos no descartar, que los dos moradores de la casa pudieran haber sido matados por encargo.

Quizás sea todo más sencillo y los asesinos puedan, perfectamente, pertenecer a un entorno próximo. Prácticamente no queda nadie en Burgás que deje a Eulogio fuera del filo de una navaja con manchas provocadas por negocios no demasiado limpios y por personajes vinculados a determinados ambientes. De esas borrascas pueden venir las tempestades. ¿Una deuda impagada relacionada con negocios turbios? ¿Algún aspecto relacionado con drogas?

Comparativas

El crimen de O Ceao y la muerte de Gerino

Los especialistas consultados ayer pusieron dos ejemplos para dar a entender que el el crimen de Casas Novas tiene todas las pintas de una venganza o ajuste de cuentas: el doble asesinato de O Cao, en el que mueren una cajera y un reponedor de Cash Récord, y la muerte violenta del periodista de sucesos Gerino Núñez. En el primer caso, fueron ladrones que buscaban el dinero. Ni se entretuvieron un instante en maniatar o torturar a las víctimas. Dispararon, fueron a la caja fuerte, y punto.

El asesinato de Gerino, sin embargo, fue otra cosa. El autor hizo gala de un cierto sadismo. Maniató a la víctima, le metió la cabeza en la bañera e incluso colocó en la misma unos patitos. Aunque el caso se resolvió con la condena de un recluso de Bonxe, permanece una fuerte sospecha de que pudo haber actuado por encargo, aunque no se llegó a descubrir quién estaba detrás. Bien es cierto también que algunos no descartan que el periodista fuese objeto de un robo y que, en algún momento, descubriese quién era la persona que le estaba asaltante y la amenazase con denunciarla ante la policía o incluso en el juzgado, donde tenía buenos contactos.

Las pistas

Eulogio Hermida, una de las claves

Conocer el problema. Ese es un asunto fundamental que un investigador ha de afrontar a la hora de resolver un asesinato. En el doble crimen de Casas Novas, todo apunta a que el problema era Eulogio Hermida, de 51 años. A partir de ahí, escudriñar en su entorno es fundamental. Los guardias que realizan el trabajo ya lo hicieron o lo están haciendo. Por eso tomaron decenas de declaraciones. Oficialmente no se facilita información porque podría perjudicar la investigación y, además, porque la jueza de Vilalba que lleva el caso decretó el secreto del sumario. Es tal el cúmulo de informaciones aportadas por el vecindario que su comprobación puede llevar tiempo. A Eulogio lo situaron repetidamente en presuntos negocios vinculados con la droga. Incluso con el tabaco de contrabando, en su momento. Los comentarios también hacen referencia a alguna agresión y a la supuesta vinculación de la víctima con algún establecimiento nocturno.

La Guardia Civil comprobó si esta persona tenía algún antecedente por cuestiones de drogas y, al parecer, no apareció reflejado nada. Sí se sabe que Eulogio pasó cinco meses en la cárcel, pero por un delito de falsificación documental.

Las relaciones de los padres de este hombre tampoco han de pasarse por alto; sin embargo, es el hijo quien parece estar detrás de la desgracia de esta familia.

planificación

Actuaron más de dos personas

Pocas dudas hay de que los asesinos planificaron el asalto. Estudiaron los accesos, la manera de entrar en la vivienda, controlaron a los vecinos de al lado e incluso a los perros. «O eran unos chapuzas, y todo apunta que no, o lo estudiaron todo. ¿Cómo iban a entrar en casa así por así? ¿Y si el dueño era cazador y tenía armas? Detalles como ese no podían dejarlos sin comprobación», apuntó uno de los especialistas policiales consultado ayer.

Por otro lado, esta misma fuente planteó: «Viendo el asunto desde fuera, ni tan siquiera se puede dar por seguro que fueran dos, si es que así lo dijo la superviviente. Si eso fuera cierto, ella no podía ver desde la habitación si había más personas en el resto de las estancias de la casa; por ejemplo, en la cocina», apuntó. No es descartable que esa noche en la casa hubiera más de dos personas, las cuales serían las autores materiales del hecho, pero a mayores habría más que prestaron apoyo y estuvieron detrás de este suceso que ahora está siendo investigado por un buen número de guardias civiles.

crónica Un suceso en plena fase de investigación