José Novo Freire, demócrata

Rafael Vilaseca

LUGO

28 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Pocas veces una noticia -aun siendo tan triste y luctuosa- constituye un sinfín de mazazos sobre la cabeza, el corazón y el estómago de quien los recibe. Este trío de agresiones al alma lo padece el firmante desde que recibió la del óbito de José Novo Freire, primer alcalde de la democracia en Lugo, en los años ochenta del pasado siglo y últimamente compañero de lentos paseos en los inicios del nuevo.

Fue el pasado día 24, en la celebración anual de la reunión de los miembros de la Asociación de la Prensa, cuando al hacer un bosquejo del tiempo ido, dibujé una semblanza de su figura y una ferviente expresión de que saliera bien del atranco en que una enfermedad rara -¿acaso no lo son todas las que vencen al ser humano?- lo había postrado.

Novo Freire, recordaba, fue el primer alcalde demócrata de Lugo. Otros ocho mil lo fueron de otros tantos municipios españoles. Pero, atención, fue el único que hubo de ser elegido dos veces. La reclamación de un grupo participante en los comicios -un tiquismiquis-, motivó que la Junta Electoral ordenara repetirlos. Pero el pueblo lucense es reacio a que le tomen el pelo y, así, fruto de la mejor afirmación de lo que es democracia, dejó sin asientos en el consistorio a los perturbadores.

La corporación presidida por Novo vivió tiempos agitados. El salón de plenos hervía más que el volcán de El Hierro. Nadie diría, entonces, que lo que eran enfrentamientos a cara de perro acabarían en acuerdo unánime de los concejales de que se le dedicara -y se consiguió con la unanimidad del Concejo actual- una calle nueva de la ciudad. Porque Novo fue de aquellos, como los definiera el profesor Tierno Galván -que no era precisamente de su cuerda- «un político de altruismo, voluntad histórica y no egoísmo o intereses materiales».

Uno de sus sueños: acabar con el feísmo urbano. No le fue posible. Pero las cosas parece que van por buen camino. Coronar esta empresa sería un buen tributo que la actual corporación podría rendir a la memoria de quien abrió las puertas de Lugo a la democracia.