La apertura del Lucus Augusti dejó fuera de servicio los edificios del Xeral, con el compromiso por parte de la Xunta -la conselleira lo anunció en varias ocasiones- de que allí irían el Laboratorio de Saúde Pública, un PAC, un centro de salud y parte de las consultas de psiquiatría. Casi a finales de año los vecinos del barrio de A Residencia, que perdió prácticamente toda la actividad con el cierre del complejo sanitario, se organizaron y se movilizaron para reclamar el cumplimiento de las promesas de la Xunta. A su iniciativa se sumaron otras organizaciones que, semana tras semana, con manifestaciones y concentraciones, recordaron que las promesas de la Xunta estaban sin cumplir. La última, el pasado 22, con un abrazo simbólico de los edificios, con los participantes ataviados con gorros de Papa Noel.
Con el inicio del nuevo año las protestas volverán y los vecinos de A Residencia reclamarán que se usen los edificios.
La conselleira de Sanidade en su ultima visita a Lugo para entregar las llaves de un local que compartirán las asociaciones de pacientes en el Hula, recordó que el futuro del complejo estaba pendiente de la transferencia de los edificios a la Xunta, trámite que estaba en marcha. Pilar Farjas en esa misma comparecencia informó que las obras del hospital de Calde, para proceder al traslado de los pacientes del psiquiátrico de Castro habían acabado. Todavía no concluyeran la distribución por centros de la tercera edad de los pacientes susceptibles de ello. A Calde solamente quieren llevar a aquellos que precisen asistencia especializada.