Los pequeños «abren la mente» y aumentan sus opciones de futuro

La Voz

LUGO

12 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Flor y Félix se animaron a acoger un niño saharaui al conocer a través de la prensa la situación en que viven en los campamentos de refugiados situados en Argelia. Cuatro años más tarde, están encantados con la experiencia, si bien confiesan que tiene una parte bastante dura. «Supone enseñarles cosas que no van a tener», indican. Con todo, consideran que el balance es positivo para ambas partes. «Es un enriquecimiento mutuo, te das cuenta de que existen culturas diferentes, pero también de que los niños son niños en todos los lugares», añaden. En su opinión, el hecho de viajar a otro país contribuye a que los pequeños saharauis «abran la mente» y tengan expectativas diferentes porque en el lugar donde viven no tienen nada. «Casi todos quieren ser médicos, abogados, periodistas... Son las profesiones con las que están en contacto», comentan.

Este matrimonio lucense viajó hace alrededor de tres años a Tinduf, donde tuvo la oportunidad de conocer a la familia del niño al que acogen. «Es abrumador ver como te reciben en sus jaimas, te dan lo mejor que tienen», subrayan. «La gente es amable porque cuando vienen aquí los chicos también los tratan bien», explica el pequeño «Bali».