Una etapa crucial en la evolución humana

La Voz

LUGO

11 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los rastros más antiguos del Homo sapiens moderno que se han podido datar hasta el momento en Cova Eirós son una serie de industrias a las que los análisis radiométricos han asignado una edad aproximada de 30.000 años. Los arqueólogos encuadran estas herramientas en una etapa avanzada del Auriñaciense, una cultura del Paleolítico Superior que se desarrolló hace entre 38.000 y 28.000 años y que sucedió al Musteriense, la industria más característica del hombre de Neandertal.

El período prehistórico al que pertenecen estos materiales se corresponde con la época de la extinción de los neandertales, cuyos últimos rastros conocidos se encontraron en Portugal y en el sur de la Península -concretamente en Gibraltar- y tienen una antigüedad de entre 30.000 y 28.000 años. En esa época, al parecer, el norte de la Península ya lleva bastante tiempo ocupado por el Homo sapiens.

Rastros muy escasos

Hasta que se descubrieron los yacimientos de Cova Eirós, las únicas muestras conocidas en Galicia de este período del Paleolítico Superior eran las de Cova da Valiña, en el municipio de Castroverde, con una antigüedad estimada de entre 31.000 y 35.000 años. Algunas industrias de este yacimiento -puntualiza Arturo de Lombera- no han podido ser identificadas con seguridad y cabe la posibilidad de que pertenezcan a la última etapa del Paleolítico Medio, esto es, podrían ser obra de neandertales.

Los yacimientos de Cova Eirós y A Valiña -especialmente el primero- ofrecen por lo tanto un interés científico singular, por tratarse de las principales huellas que se conocen en el noroeste peninsular de una etapa crucial en la evolución humana. El largo y todavía mal conocido período de transición entre los poblamientos neandertales y los de nuestra especie está bastante mejor documentado en los yacimientos paleolíticos de la cornisa cantábrica, cuya investigación comenzó mucho antes. «Los descubrimientos que se están haciendo en los últimos años en Galicia con respecto a este período indican que en este territorio se dio una dinámica muy parecida a la del Cantábrico», concluye De Lombera.