Vila cambia de técnica para acercarse a los 80 metros

Marcos pichel LUGO / LA VOZ

LUGO

02 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La temporada pasada, pese a lograr la plata en el lanzamiento de jabalina de los Campeonatos de España de atletismo sénior, José Manuel Vila no terminó del todo contento. Se le atragantaron las marcas. Él sabe que vale mucho más de los 70,57 metros que le dieron la medalla, o de los más de 73 que tiene como marca personal. En el horizonte, los 80 metros, un límite que le permitiría dar el salto a los grandes certámenes. Por eso, el pasado diciembre, decidido a dar un cambio en su técnica, se embarcó en una concentración en Portugal, junto a dos grandes promesas holandesas de la especialidad, Bjorn Blommerde y Lars Timmermand.

«Aquí entreno solo, y había que cambiar un poco de aires. Surgió la posibilidad de contactar con estos chicos, que iban a venir, y formamos un grupo de trabajo bueno», explica. Los conoció vía Internet, y medio en inglés, medio en el español que ellos chapurreaban, consiguieron entenderse.

En Lisboa y en el Algarve, coincidieron con un entrenador cubano especialista en jabalina, Gustavo Ventura, y atletas de más países en busca de temperaturas benignas para estas fechas.

Llegó al país vecino después de tres meses trabajando la fuerza. Subió su peso con respecto al año pasado (ya está en los 90 kilos), y ha mejorado en todos los registros. Allí, se encontró con que sus compañeros, al margen de las pesas, utilizaban las anillas de los gimnastas para fortalecer sus hombros. «Es un trabajo de estabilización, y también para mejorar la elasticidad», explica Vila.

Un detalle en un gesto

El mejor jabalinista de todos los tiempos es el checo Jan Zelezny, caracterizado por la plasticidad de su técnica. «Él es el modelo», afirma Vila. Y para acercarse a él, nada mejor que pulir los detalles erróneos en la mecánica del lanzamiento. «Yo tenía un problema técnico, con un gesto en el hombro», dice. Y Ventura le explicó de forma sencilla cómo debía mejorarlo. «Con ejercicios personalizados», dice. Y mientras, coloca el brazo, se inclina, para indicar cómo se realiza el nuevo movimiento.

Vila, optimista por naturaleza, muestra un buen ánimo aún mayor que de costumbre, convencido de que ha escogido el camino correcto. «Había que centrarse, decidirse y saber qué hacer», dice. Por eso, su decisión de viajar a Portugal antes de las Navidades. Por eso, su intención de repetir la estancia en el mes de abril, sólo unas semanas antes de que comience para él la etapa de las competiciones, para transmitir en el pasillo de lanzamientos su nuevo ser.