«Fun a unha reunión do PC en Francia nun camión da carne»

Benigno Lázare LUGO/LA VOZ.

LUGO

En los años 60 coordinó el partido en Lugo y fundó CC.?OO.

18 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Los desplazamientos camuflados, los mensajes en clave y las citas en las trastiendas no fueron solo cosa de la resistencia francesa ni del cine de Melville. A comienzos de los años 60 Jorge Castro García, lucense de pura cepa, realizó en un camión de transporte de carne parte del viaje a París para asistir a una reunión del Partido Comunista de España. Regresó como coordinador en la provincia de Lugo. Al año siguiente repitió el viaje y le encomendaron montar el sindicato Comisiones Obreras. Tenía el carné número 8 del partido en Galicia, pero cuando llegó la democracia llegó también gente nueva con ganas de figurar, porque ya no resultaba peligroso, y Castro se fue desvinculando de la militancia, que no de las ideas políticas.

«Para ingresar no PC fíxeno a través de un señor que estivo moito tempo preso, Carballeira, co que eu tiña algo de contacto aínda que non sabía que era o responsable aquí». Jorge Castro era hijo de un albañil de izquierdas, que aunque no militó en ningún partido durante un tiempo se tuvo que marchar de casa y refugiarse en una aldea. El hijo tampoco militó hasta 1960, pero se consideró de izquierdas desde joven.

«Fun o primeiro en poñer en marcha o sindicato Comisións Obreiras, aínda que publicamente foron outros os que saíron na prensa, sin ser certo». Cuando llevaba dos o tres meses militando en el Partido Comunista, Carballeira lo mandó a París a la reunión en la que le encomendaron llevar las riendas en la provincia. «Fun á reunión en Francia nun camión da carne dunha empresa que facía o transporte para Abella, na que eu traballaba». Le pidió al dueño del camión que lo llevase como acompañante diciéndole que pretendía ir de visita a Barcelona. Desde allí pasó a Andorra porque solo era necesario presentar el carné de identidad. En este principado pasó dos días en casa de unos amigos que, como él, habían pertenecido a Cántigas e Frores, y cuando llegó desde Madrid un contacto cruzaron clandestinamente la frontera de acuerdo con los minuciosos planes del partido. «Non sei nen por onde nos cruzaron e no coche iamos varios camaradas, un deles era o famoso Julián Grimau, aínda que eu non o coñecía». En el encuentro en París participaron pocas personas y entre ellas estaban Santiago Álvarez y Azcárate.

Al año siguiente ya tenía pasaporte y pudo viajar en tren como un turista más. En aquel segundo viaje tuvo la ocasión de conocer a Dolores Ibarruri, Santiago Carrillo y a los restantes dirigentes del comunismo español, con los que siguió coincidiendo en bastantes ocasiones más durante el franquismo. En Francia se hospedaban y reunían en casas de camaradas o en una residencia de los comunistas franceses. «Daquela o partido estaba bastante máis organizado ca hoxe». Ahora está apartado de todo, aunque cuando inauguraron la nueva sede acudió.