Aún falta algo más de un mes para la llegada del verano, pero en Tapia de Casariego los motores comenzaron a calentarse. El pasado jueves se inauguró la esperada piscina de agua salada, ubicada en una antigua cetárea muy cerca de la famosa playa tapiega. La obra, financiada por el gobierno central, es singular ya que aúna las ventajas que ofrece una piscina cerrada con los beneficios que otorga el agua del mar.
La instalación es la segunda de estas características que entrará en funcionamiento tras la de San Esteban de Pravia, también en asturias, que posibilitará que muchos usuarios puedan bañarse y tomar el sol en un lugar mucho más seguro e, incluso, idóneo para aprender a nadar.
Un sistema de compuertas permitirá regular el flujo de entrada y salida del agua, acorde al tipo de bañistas, algo que también facilitará el trabajo a los socorristas. Su principal característica es la madera, que cubre la práctica totalidad de la instalación, y que en gran medida estará destinada a que la gente pueda tomar el sol. La actuación, financiada por el Ministerio de Medio Ambiente, ha costado algo más de 450.000 euros,.
Sin duda, la infraestructura se convertirá en un aliciente más de cara a visitar, en el verano ya inminente, la turística villa de Tapia de Casariego.