«Entrei na política por unha idea e por mellorar o mundo dende Vilalba»

LUGO

El veterano ex edil admite que en la oposición se llevan «malleiras», aunque presume de haber sido coherente

17 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Martín Seco Cendán recuerda que ponía tanto empeño en el fútbol como el que puede aplicar Leo Messi en esas arrancadas tan temidas por sus adversarios. El nombre del futbolista argentino aparece porque lo menciona él en la conversación, aunque esa cita no suponga merma de su fidelidad al Celta de Vigo.

Esa afición al balompié, ejercida en una infancia vilalbesa en la que la calle era casi una prolongación de la casa de cada uno y un sitio de todos, lo apartó algo de los libros, y para corregir ese desvío fue mandado interno a los Maristas de Ourense. Atrás quedaban la escuela de doña Amalia y la Academia, dos centros que recuerdan los vilalbeses de cierta edad, y por delante se abría un horizonte que empezó con algo de morriña y que acabó siendo decisivo en la vida de este chairego.

La Universidad Laboral de Zamora y la de Tarragona fueron posteriores destinos que le permitieron acabar el Bachillerato. Más cerca de casa, en Lugo, estaba la escuela técnica que le permitió hacerse Ingeniero Técnico Industrial y contactar con personas que le despertaron otra curiosidad. Usando verbos en presente, Seco recuerda bien detalles de aquel pasado: «Algún compañeiro maior -relata- vaiche abrindo os ollos, e diche que o país merece algo máis que estar baixo a bota dun señor». La bota no era la de Leo Messi, que no había nacido entonces, ni de ningún otro futbolista.

«Entrei na política -recuerda- por unha idea, por ser coherente e para mellorar o mundo dende esta illa que é Vilalba». Así comenzó una actividad que tuvo el municipio vilalbés como escenario.

Contacto con el PSG

Seco tuvo al principio simpatías por el PSG, en el que no llegó a militar y del que se apartó tras comprobar que había una dimensión nacionalista muy potente en esa organización. Pasarían unos años hasta entrar como militante en el PSOE en un municipio cuyo nombre, en política, va relacionado casi automáticamente con Manuel Fraga.

Seco reconoce que notó en algún vecino caras serias y algo de frialdad cuando entró en el PSOE; pero también recuerda con satisfacción compañeros cuyos nombres, en algún caso, acompaña de apodo: aparecen en la conversación Manuel Díaz, Moreno, o Antonio Vázquez, Tucho -ya fallecido-, así como Julián Villares.

Un alcalde razonable

Fue concejal entre 1991 y el 2007. «Levas malleiras na oposición, pero tiven a sorte de dar cun alcalde razoable». Quien le merece tal calificativo es el popular Agustín Baamonde, uno de los que recuerda por su dominio de los asuntos municipales en fondo y forma; el otro que cita es el nacionalista Xosé Manuel Irimia. Los dos aún siguen en la política local -el primero, como concejal y compaginándola con la autonómica-; y él la ve como espectador, igual que su Celta.