José Cuba afronta hoy en Bakú la competición en un nuevo Campeonato de Europa de lucha libre. Se cita la capital de Azerbaiyán, con los mejores deportistas del continente. Superhombres de 120 kilos de peso que pelearán por el cetro europeo en uno de los santuarios de esta especialidad.
Ayer tuvieron lugar los pesajes y el sorteo del cuadro de emparejamientos. No le ha tocado precisamente al vilalbés una perita en dulce en su primera pelea: el ucraniano Iván Ischenko, con el que ya se vio las caras en el Europeo del 2006, también en la ronda inicial. Entonces, Cuba cayó y su contrincante consiguió adjudicarse la medalla de plata. «Va a tener un combate muy difícil», advierte su entrenador, Iván Castro, que define al eslavo como un luchador «muy veterano y competitivo».
Para Castro, las posibilidades de su pupilo pasarán por intensificar el trabajo defensivo, materializar una gran defensa: «Hacer un bloqueo muy duro, no dejarle atacar». Intentar que su rival no consiga ningún punto en el primer asalto, lo que implicaría un desempate, con una técnica conocida como clinch en la que, mediante sorteo, uno de los dos luchadores parte de un agarre ventajoso.
En caso de derrota en este primer combate, si su adversario consiguiera plantarse en la final, Cuba accedería a la repesca. A bote pronto, al margen del ucraniano, Castro destaca como rivales más completos y peligrosos en su parte del cuadro al turco Faith Cakiroglu, quinto en el Mundial de 2007, y al georgiano Modzmanashvili.
Como dice el mito de la lucha Alexánder Karelin (en grecorromana), una de las claves para saber cómo va a desarrollarse el combate se puede apreciar en el apretón de manos inicial. De todas formas, antes de iniciar el viaje hacia el Cáucaso, José Cuba mostraba una buena mentalización y aseguraba que su intención era colarse en la lucha por las preciadas medallas. Habrá que estar atentos al primer choque de manos.