El día del trabajo es el de nuestras abuelas, de nuestras madres y de nosotras

Mónica Legaspi

LUGO

09 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El día de la mujer trabajadora es uno de esos días para conmemorar el trabajo diario de tantas mujeres que se esfuerzan por superarse cada día, arañando tiempo al tiempo y superando la dificultad que supone conciliar vida laboral y familiar. Es el día, sin duda, de nuestras abuelas, de nuestras madres y de nosotras mismas. Sin embargo, todos los días son días de estos. Pasa algo así como con el día de San Valentín, o lo son todos, o uno solo, la verdad es que no vale la pena.

En un momento como el actual, en el que estamos viviendo la peor crisis económica de nuestras vidas, la única manera de salir de ella, como de todas las crisis, es trabajando. Por este motivo, Alemania ha superado dos guerras mundiales y una reunificación. El secreto está en el trabajo. Y por este motivo la situación actual recrudece las situaciones personales y familiares de muchas mujeres.

Decía Freud que la felicidad era vida laboral y vida emocional. Yo al menos, así lo creo, y disfruto del momento actual como el mejor momento de toda mi vida. Me gusta mi trabajo, y sobre todo, me llena cada uno de los momentos actuales que estoy viviendo. Sin duda, creo que de los errores se aprende para nunca volver a caer en ellos, aunque yo me arrepienta de cada uno de los míos y los juzgue severamente.

Como mujer me alegro de no haber perdido apenas tiempo en cosas que no merecieron la pena, porque el tiempo es lo único que no se puede recuperar. Y mientras escribo este artículo releo una vez más El Dios de las pequeñas cosas de Arundhati Roy.