Ferrán Adriá: «Soy el mejor embajador de la cocina gallega en el mundo»

LUGO

El cocinero sostiene que no hay productos del mar mejores que los gallegos, pero cree que la Administración no sabe venderlos fuera de nuestras fronteras

24 feb 2010 . Actualizado a las 19:34 h.

Vacaciones en las Maldivas o dar forma al embrión de una nueva revolución, la tercera según sus cuentas, de ese mundo que ha creado alrededor de la cocina durante las dos últimas décadas. Fueron las dos opciones que más seriamente manejó Ferran Adrià tras llegar a la conclusión de que El Bulli estaba empezando a deslizarse por la pendiente de la monotonía, camino por el que este cocinero no está acostumbrado a transitar. En que, al final, volviera a ganar la revolución tuvo mucha culpa, por no decir toda, según afirma, la avalancha de correos que recibió el día que anunció su decisión de echar el cerrojo temporal a El Bulli para pensar.

-Pensar ¿en qué?

-En el camino a seguir en el futuro. La presión que tenemos es de locos y el primer mandamiento de la creatividad es hablar poco y hacer mucho.

-La decisión de un cocinero y da la vuelta al mundo.

-Cierto. Han sido tres semanas de locura mediática. La portada del Financial Times fue un punto de inflexión.

-¿En qué sentido?

-Nos preocupó. Nos dimos cuenta de lo que representa El Bulli y concluimos que no podíamos dejarlo, porque si no el castillo de naipes se podía venir abajo.

-¿Ahí empezó a tomar forma la fundación?

-Puede. Es el final de una historia para empezar otra.

-En todo este revuelo no han faltado argumentarios sobre asfixias económicas.

-Carecen de fundamento. Soy un hombre de gustos sencillos, nada de gastos en coches, en barcos o en relojes. Todo lo que ganamos lo hemos destinado a crear músculo financiero. Nada de reparto de beneficios, lo nuestro ha sido inversión, inversión e inversión. Hay mucha gente que podría hacer lo que voy a hacer yo. La sociedad civil tiene una responsabilidad, sobre todo en un momento económico como el que vivimos. En este país hay mucho dinero. No voy a criticar a la Administración, porque para eso ya están los políticos. Tenemos que espabilar. Que las 100.000 pymes a las que les están yendo bien las cosas ayuden, porque si no esto va a ser durísimo. No podemos seguir pensando en puentes, en vacaciones... Ahora no. Que haya un pacto de Estado ya.

-Ya que se ha puesto tan serio, ¿qué le parece la cocina gallega?

-Tal vez pocos sepan aquí que soy su mejor embajador. Siempre hablo de la marca gallega fuera de España. Esta tierra tiene el mejor producto del mar del mundo. Falta que la gente de fuera lo sepa. Porque, pongamos por caso, ¿un alemán sabe lo que hay aquí? Creo que no. Es una asignatura pendiente de la Administración. Cómo tendrá que hacerlo no lo sé, pero debería de ponerse a ello.

-¿Y los cocineros gallegos?

-Que en la última década han mejorado mucho. No puedo dar nombres, al margen de algunos amigos como Marcelo Tejedor, porque he venido diez veces en mi vida, pero la perspectiva que hay fuera es que se ha producido un gran avance. En todos los sentidos. También en la cocina tradicional. Anoche [por el lunes] cené en El Mosquito un marisco estupendo. Solo la cohabitación de cocinas tan diferentes como las de Carmiña y Marcelo podrán garantizar el éxito de la marca Galicia.

-Veo que le gusta el marisco.

-El lujo es poder comer lo que a uno le apetezca, pero hay pocos platos que superen a una centolla tibia.

-¿Entró alguna vez en una hamburguesería?

-En mis tiempos de estudiante, como cualquier joven.

-¿Cuánto tiempo hace que no come unos huevos fritos?

-Un par de semanas.

-¿Cuántos días seguidos sería capaz de comer el menú de El Bulli?

-Como habitualmente platos que hacemos allí, pero lo que ofrecemos no es un menú al uso, es una experiencia.

-¿Para quién no cocinaría?

-Para toda la mala gente.

-¿Albariño o cava?

-No me ponga en ese aprieto. Los dos.

-¿Butifarra o lacón?

-Lacón.

-¿Percebes o «calçots»?

-Uf. No sé si se da cuenta, pero son dos productos únicos.