Resucita el cruceiro que voló

X. Francos

LUGO

Santa Cruz de Parga, en Guitiriz, celebró una comida popular para festejar la recuperación y colocación de una cruz que destrozó el huracán Hortensia

01 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

EL ANTES Y EL DESPUÉS

UN TRABAJO PERFECTO.

LAS PIEZAS DESTROZADAS.

En Santa Cruz de Parga, en el municipio de Guitiriz, los vecinos hicieron ayer fiesta. Quisieron celebrar la vuelta del cruceiro que desde siempre estuvo colocado en el lugar conocido como calvario de Santa Cruz y que pasó más de veinte años desaparecido. El ciclón Hortensia de 1984 lo barrió y desde entonces las piezas estuvieron desaparecidas. Muchos pensaron que habían sido robadas, sin embargo el año pasado aparecieron en un taller de Rábade.

La parroquia dicen no tener ni idea de quien dio la orden de retirar las piezas y enviarlas al taller donde quedaron tiradas y totalmente olvidadas. No faltó quien responsabilizase de ello al anterior cura ahora ya fallecido.

Fuese quien fuese el que se ocupó del cruceiro, resulta que el vecindario no estaba dispuesto a permitir que el calvario se quedara sin el motivo principal. Por eso, hace más de un año, la comunidad de montes presentó un escrito ante la Subdelegación del Gobierno pidiendo autorización para la reparación y la posterior colocación en el mismo lugar.

Como es un elemento catalogado, comenzaron los problemas burocráticos. Las autorizaciones tardaron en llegar pero, por fin, un canteiro de Begonte pudo ponerse manos a la obra. Tuvo bastante trabajo porque los destrozos motivados por el vendaval fueron muchos. Solo quedó intacta la base. La columna principal se partió en dos, al cristo se le rompieron los brazos y la pieza que servía de sostén también se desencajó.

La restauración fue perfecta. Tanto es así que no se nota absolutamente ningún desperfecto. Por fin, en los últimos días el cruceiro volvió a su sitio original después de tantos años de espera y tras una considerable inversión. El dinero fue aportado por todos los vecinos a través de la comunidad de montes.

Entrega de la Diputación

Las piezas del cruceiro aparecieron en el taller de Mallo en Rábade. Cuando los vecinos supieron que estaban allí, recurrieron urgentemente a la Diputación, por ser la titular de la instalación donde estaban guardadas, para solicitarle su devolución al pueblo. El anterior presidente de la comunidad de montes envió un escrito oficializando la petición de este monumento que ya tiene una larga historia. En esa comunicación el pueblo ya mostraba su disposición a costear el arreglo.

El primer escrito parece que no surtió ningún tipo de efecto porque el organismo provincial no soltó las piezas. Hubo un segundo escrito y, de nuevo, los responsables del organismo provincial hicieron oídos sordos. Sin embargo pasado algún tiempo miembros de la comunidad de montes recibieron aviso para ir a recoger el cruceiro. Incluso la Diputación se mostró dispuesta a ceder un camión para poder transportar las piezas.

Según figura en los inventarios, la columna que se partió tiene una altura de 2,77 metros y la cruz, que tiene dos imágenes, una de Cristo y otra de la Inmaculada, es de 80 centímetros.

Los vecinos, que ahora podrán disfrutar nuevamente del cruceiro, no tienen ningún tipo de duda de que se trata de una de las piezas más valiosas de toda la comarca. No es de extrañar que, después de tantas peripecias y de tanta espera, los vecinos celebrasen ayer por todo lo alto la vuelta del cruceiro su sitio de toda la vida.