La feria caballar también batió marcas y desbordó la capacidad del recinto, con alrededor de dos mil cabezas
19 oct 2009 . Actualizado a las 10:54 h.La ciudad tranquila y silenciosa se dejó arrastrar, con gusto, por las riadas de gente. Unas 50.000 personas, según la organización, -«máis xente ca nunca», en boca de los sanluqueiros- acudieron a Mondoñedo para vivir el Día Grande de As San Lucas. El paso por la calle Bispo Sarmiento, que baja del Campo dos Paxariños hacia el centro histórico, se bloqueó por momentos, pues era tal la concurrencia que apenas se lograba avanzar, ni hacia arriba ni hacia abajo. «Aínda habemos caer nos caldeiros do pulpo (que preparan a la vista de todos)», gritaban algunos mientras los cuerpos, apretados unos contra otros, trataban en vano de zafarse de la multitud.
La marea humana discurría a paso lento por el medio de las calles, atestadas a ambos márgenes por los puestos de venta. Los más impacientes buscaban refugio en bares y pulperías (en alguna ya había colas a media mañana), abarrotados desde primera hora. Mientras, otra multitud rodeaba el Campo dos Paxariños. Las previsiones también se desbordaron en la feria caballar, con más de dos mil cabezas de ganado. El recinto habilitado se quedó pequeño y muchos animales estaban amarrados fuera, sobre el asfalto. Niños vestidos de ganaderos, hombres con varas y cayados, tratantes en pleno negocio -«ventas, nada de nada», se quejaban- y cientos de curiosos observando cómo se revolvían los caballos.
Los rostros, aún soñolientos, buscaban el sol, que lució todo el día -«unha bendición porque sempre chove», decía una vendedora-. Ya la víspera habían comenzado a llegar las reses, algo casi insólito, motivado tal vez por el concurso de andadura gallega y, sobre todo, por la final del certamen de valoración morfológica de caballos y yeguas de pura raza gallega, que se celebró por primera vez en Mondoñedo (el sábado).
Gente de todas partes
Ayer había caballos de A Pastoriza, de Abadín, de Mondoñedo... Y gentes de toda A Mariña, A Terra Cha, Ortegal, Ferrol, Lugo o el Occidente de Asturias. En la Alameda, plagada de cantinas -el pulpo, el churrasco y el jamón cocido triunfaron en As San Lucas- y atracciones de feria, el bullicio no cesó. Los gaiteiros locales de Os Reichos recorrieron el campo de la fiesta y los alrededores, eso sí, apretujados. Y aunque As San Lucas, con ocho siglos y medio de historia, son ferias y fiestas de tradición pagana, cientos de fieles se acercaron a la iglesia de Os Remedios para asistir a misa (seis oficios a lo largo del día) y besar la imagen de la Virgen. A la puerta esperaban las mendigas y ya fuera del atrio, los churros, y también aquí había colas.
En la plaza da Catedral, con las canciones de Dire Straits aún sonando (la noche del sábado dio un concierto bROTHERS iN bAND, que rinden tributo a la banda británica, junto a otros grupos), la situación era algo más tranquila. A los peregrinos del Camiño Norte les sorprendió el alboroto de la feria de As San Lucas y el Mago Merlín abrió su museo, ajeno al jolgorio. La comisión está muy satisfecha de la afluencia de gente y la cantidad de reses, del buen tiempo y, sobre todo, del espíritu sanluqueiro que no deja de ganar adeptos, en pleno siglo XXI.