San Ramón rima con ilusión

María Caravel redac.lugo@lavoz.es

LUGO

03 sep 2009 . Actualizado a las 02:48 h.

Hablar del tiempo puede ser una necesidad, un interés o una forma de llenar una conversación carente de otros contenidos. Tomando el termómetro y el barómetro como referencia, el día de ayer y el del lunes se parecieron en poco, aunque en Vilalba los dos compartieron una característica: ambos formaron parte de las fiestas de San Ramón. La alameda, escenario festivo para los que la usan a diario. No es raro sino todo lo contrario, y además resulta grato y esperanzador, ver a niños correteando y jugando por la alameda de la capital chairega. El fenómeno se da por las tardes, pues las mañanas corresponden a las clases en los colegios. Por eso, a los que a diario usan los columpios o se acercan a la contigua Praza da Constitución siempre se les reserva un hueco en ese lugar para que la programación festiva cumpla con la variedad que se le supone. Este año no fue una excepción, y la contacontos Ana Miranda actuó ayer por la tarde para deleite de pequeños y mayores.

Hasta el orballo reclamó su protagonismo en un San Ramón que hasta ahora parecía entregado a los rayos de sol. Pero ya se sabe que a grandes males, grandes remedios: en lugar de ocupar otras partes de la alameda los que ofrecían el espectáculo y los que querían verlo se instalaron bajo el palco de la música. El interés por las historias contadas cautivó a los pequeños, pero también a sus padres.

Hay instituciones vilalbesas que programan alguna actividad estos días, coincidiendo con las fiestas pero sin pertenecer al programa oficial. A ese apartado corresponden iniciativas como la de la residencia de la tercera edad, que dirige Jesús Ramil . Ayer por la tarde tuvo lugar un baile para los residentes, que amenizó el dúo Venus.

Entre el repertorio del dúo figuró una conocida canción de Manolo Escobar , esa en la que el cantante tiene un único deseo para su amada -ya saben: «solo te pido que me hagas la vida agradable»- y que suele ser habitual en bailes y saraos varios. Y no hay duda de que la vida en San Ramón es tan agradable como pide el cantante que lloró la pérdida de su carro.