Un incendio forestal se acercó ayer a las instalaciones del nuevo hospital lucense, sin embargo no llegó a tener que ser tomada ninguna medida especial porque el centro, en fase de construcción, no llegó a peligrar. El fuego motivó un gran despliegue de medios que llamaron la atención de numerosas personas que circulaban tanto por la autovía como por la N-640 y otras vías. Lllegaron incluso a detener sus vehículos para ver las descargas de agua de los aviones que tienen su base en el aeródromo de Rozas.
Para sofocar las llamas fueron desplazados, además de las dos aeronaves de Rozas, los helicópteros que tienen su base en Portomarín y Becerreá, así como el de coordinación. En cuanto a los medios de tierra, fueron destinados dos agentes, tres brigadas de entre cinco y siete personas cada una de ellas y dos motobombas. Acudieron también dotaciones de la Policía Local.
El fuego se declaró pasadas las cuatro y media de la tarde y quedó controlado sobre las seis. Desde algunos puntos de la capital fue posible divisar la columna de humo que se formó.
El siniestro afectó a la zona de monte que hay entre los chalés de Castro Gil, en A Fervedoira, el nuevo hospital y sus accesos. De acuerdo con algunas informaciones, en ningún momento llegó a haber peligro alguno para las viviendas.
Según los datos aportados por el gabinete de prensa de la Consellería de Medio Rural, las llamas arrasaron seis hectáreas de monte raso y 0,1 de arbolado. Todo apunta a que el fuego pudo haber sido provocado.
Las altas temperaturas registradas ayer hicieron elevar el índice de peligrosidad de incendio al máximo en la mayor parte de la provincia.