El patrimonio en su sentido más amplio abarca un concepto más amplio que el estrictamente arquitectónico: las torres de telecomuniaciones construidas en Terra Chá por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial o una carballeira entran también en en esa categoría. Es también un concepto colectivo, cuya importancia se extiende por toda la sociedad. Aupone, por otro lado, un recurso que contribuye a la dinamización económica del territorio.
Esas tres ideas explican la relación que puede darse entre patrimonio y turismo, como explicó ayer, en Guitiriz, Mario Crecente, director del curso que se titula precisamente Patrimonio y turismo y que organiza en el Hotel Hesperia la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
El concepto de patrimonio desde una perspectiva dinámica es, precisó Crecente, uno de los aspectos que se tuvieron en cuenta al programar este foro, que pretende analizar cuál debe ser la intensidad de las actuaciones realizadas sobre el patrimonio, observar las experiencias varios años después de su ejecución y debatir la forma de seleccionar las iniciativas que se llevan a cabo.
Tensión y cercanía
Algunas de las conferencias programadas para el curso, que se celebra estaba centrada en el repaso de trabajos realizados en años pasados: así, se eligieron expertos que afrontaron trabajos de recuperación en lugares como la isla de San Simón o en Santo Estevo de Ribas de Sil.
Crecente reconoció en su intervención que la relación entre patrimonio y turismo no quedaba excluida de puntos de tensión, aunque ese aspecto, agregó, no resta interés a su cercanía. Sí precisó que el patrimonio debía ser estudiado y entendido desde un concepto amplio, con un significado similar al que pueden tener términos como herdanza en gallego y heritage en inglés. Pero también subrayó que ni siquiera una crisis económica como la actual podía frenar la importancia del turismo sino más bien estimular la búsqueda de nuevos modelos de desarrollo.
Equilibrio
Por su parte, el subdirector xeral de Patrimonio de la Xunta, Federico Garrido, dijo en su intervención que el equilibrio entre los criterios conservacionistas y los intervencionistas era una opción aconsejable en los diferentes trabajos relacionados con el patrimonio. En su ponencia recordó además cómo el concepto de patrimonio había evolucionado en los últimos siglos, pasando del interés por los grandes monumentos de la antigüedad a la preocupación por elementos de arquitectura tradicional y popular y la protección de la arqueología industrial, de las fábricas e incluso del paisaje minero.