Cine grande, futuro pequeño

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LUGO

XAIME F. RAMALLAL

Reportaje | Adiós al Pequenete El establecimiento que proyecta películas en Foz tiene los días contados y un porvenir ya planificado, consistente en la construcción de un bloque de viviendas

28 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

El Cine Hermanos Pequenete de Foz tiene sus horas contadas. Ya hay fecha para la última sesión. Será el próximo lunes, día 4 de septiembre, a las once de la noche. La sombra de la sospecha , una película protagonizada por Michael Douglas, Kiefer Sutherland, Eva Longoria y Kim Basinger hará los honores. Con los títulos de crédito llegará el adiós para una sala que forma parte de la historia de A Mariña, tanto de la cultural como la social, donde se fraguaron tantas parejas. Así se echará el telón sobre una gestión que los Hermanos Pequenete hicieron durante 29 años y 64 días del antiguo Cine Cajeao (que antes estuvo operativo durante otros quince años, aproximadamente), tal y como recordaba ayer, no sin cierta nostalgia, José Benito Andrade, el hermano que está ahora al frente del cine. Cómo se ha llegado a esta situación es harto conocido: la falta de rentabilidad de la sala cinematográfica, que ha sucumbido al empuje de la televisión, el alquiler de películas e internet. El edificio será demolido y transformado en viviendas. Al parecer, se baraja la idea de habilitar unas minisalas en las plantas bajas. Críticas En el comunicado en el que José Benito Andrade Lestegás anuncia el cierre definitivo del cine expone las razones por las que se ha llegado a esta situación: «Los motivos son los conocidos ya por todos, la falta de espectadores a las salas y la nula colaboración de las administraciones, tanto local (con competencias desleales), regional y nacional». Según explicó ayer, en los últimos años trató de desarrollar diversos proyectos para intentar aumentar la rentabilidad del cine: ampliar la pantalla, hacer reformas... pero los presupuestos se disparaban y resultaban inviables. Con todo, hizo notables inversiones, como colocar nuevas butacas. Con la previsión del cierre ofreció al Concello las butacas, por si le podían ser de utilidad. Según explicó, el alcalde las aceptó, pero si se las entregaba gratis a cambio de publicidad en la emisora municipal. Finalmente, José Benito Andrade las vendió a otro. De este modo, pues, está a punto de concluir la historia del único cine de formato tradicional que todavía quedaba en la comarca mariñana, afectada en los últimos años por sucesivos cierres de establecimientos de este tipo.