Cervantes y su mecenas monfortino

Francisco Albo
Francisco Albo MONFORTE

LUGO

El gran escritor dedicó una buena parte de sus obras al séptimo conde de Lemos El apoyo del magnate gallego al autor del Quijote es discutido por los especialistas

15 ene 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

?l cuarto centenario de la publicación del Quijote pone de nuevo de actualidad la figura del séptimo conde de Lemos, Pedro Fernández de Castro, un personaje conocido por los lectores de Cervantes ante todo por ser el receptor de la dedicatoria de la segunda parte de la gran obra, en la que lo menciona elogiosamente como benefactor suyo: «En Nápoles tengo al gran conde de Lemos, que, sin tantos titulillos de colegios ni rectorías, me sustenta, me ampara y hace más merced que la yo acierto a desear». Pero no fue ésta la única muestra de agradecimiento que el escritor dirigió al conde monfortino. Le dedicó también su última novela, Los trabajos de Persiles y Sigismunda -que él consideraba como la más importante de sus obras-, con unas líneas escritas sólo tres días antes de su muerte, así como las Novelas ejemplares y el volumen Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados , en el que recogió sus obras teatrales. También lo mencionó en el Viaje del Parnaso , una de sus obras menores. Pese a todas estas manifestaciones de gratitud, no se sabe con certeza en qué consistió el apoyo prestado a Cervantes por Fernández de Castro. No se conocen documentos -ni textos literarios ni cartas privadas- que indiquen de una forma concreta en qué consistió este mecenazgo, sobre el que hay notables divergencias entre los estudiosos. Algunos especialistas opinan que la ayuda recibida por Cervantes por parte de Fernández de Castro debió de ser bastante importante, o al menos que éste fue más desprendido con él que el duque de Béjar, a quien había dedicado la primera parte del Quijote . Otros consideran, en cambio, que el conde tampoco se mostró excesivamente generoso. Uno de los investigadores que se han ocupado de este asunto, Alfonso Pardo Manuel de Villena, en su libro El conde de Lemos. Un mecenas español del siglo XVIII , opina que Cervantes recibió del aristócrata «una pensión fija que era la que le sostenía contra los golpes de su escasa fortuna». Basa esta afirmación en el hecho de que Cervantes también dedicó elogios muy similares en sus últimas obras a otro de sus protectores, el arzobispo de Toledo Bernardo de Sandoval y Rojas, del que se sabe con más certeza que proporcionó al el escritor una ayuda económica de este tipo. Homenajes escasos En cualquier caso, la figura del magnate monfortino ocupa un lugar destacado en todas las biografías del autor del Quijote y gracias a esta circunstancia muchos lectores del gran escritor han llegado a enterarse de la existencia del conde de Lemos y de Monforte. Pese a esta relación histórica, las referencias públicas a Cervantes en la ciudad del Cabe son bastante modestas. En principio, el único recordatorio fue el nombre de Miguel de Cervantes dado a una pequeña calle sin salida, enlazada con la avenida de Galicia, un homenaje no más importante que los que se le han dedicado en muchas otras poblaciones que no tienen ninguna relación con su biografía. Hace algunos años se levantó un pequeño monumento a Cervantes en esta última calle, consistente en un sencillo bloque de piedra con un hueco que representa en silueta del yelmo del Don Quijote. Una pequeña placa reproduce una parte de la dedicatoria de la famosa novela al conde de Lemos.