SUCEDIÓ EN 1954
07 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.Con los platillos volantes ocurrió algo parecido que con los secuestros de aviones. Una vez producido el primer caso, después vinieron en cadena. En la España de los 50, como antes en Estados Unidos y en otros lugares, se produjeron muchos avistamientos. Uno de los más curiosos aconteció en Rentería (Guipúzcoa), a comienzos de diciembre de 1954, cuando el obrero Juan Martínez Portolés, que trabajaba en Irún y vivía en Rentería, vio, cuando se desplazaba en bicicleta a su trabajo, un objeto volador. Ocurrió en las inmediaciones del caserío Loidi-Berri, en la cuenca de Gainchuizqueta, y el aparato se desplazaba de norte a sur. Llegó a posarse sobre un prado a seis metros del obrero. Juan Martínez atestiguó que el platillo medía tres metros de largo por uno de alto y tenía un faro en su centro, de donde partían aletas superpuestas en sus laterales. El avistamiento ocurrió a las 7.30 horas y el susto fue mayúsculo, emprendiendo veloz carrera en su bicicleta. Después volvió con su padre, capataz de obras, y ambos vieron huellas similares a pisadas humanas. También recogieron trozos de un material parecido al que usan los aviones, del color del aluminio. El suceso causó gran curiosidad.