«En la condición humana está la tentación de blindarse»

Benigno Lázare LUGO

LUGO

PRADERO

Entrevista | María Antonia Iglesias La periodista considera muy grave el intento actual de falsificar la historia. En nada se identifica con el director de informativos de TVE y echa en falta algo parecido a la BBC

20 oct 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

María Antonia Iglesias pasó la jornada de ayer en Lugo, firmando ejemplares y presentando el libro La memoria recuperada , con entrevistas a los protagonistas de los gobiernos del PSOE. Sólo Miguel Boyer se negó a hablar de una etapa que, según le dijo en un tono no demasiado cortés, quiere borrar de su vida. -¿Es recuperable la memoria colectiva o, simplemente, no existe? -Sí existe, pero cuando la memoria colectiva ha sido tan burdamente manipulada por la derecha, que ha hecho una utilización obscena de los errores de los gobiernos socialistas, esa memoria se falsifica, y yo creo que este libro, si es algo y si ha conseguido algo, es vencer la falsificación de la historia, que desde mi punto de vista, después de una guerra civil, es lo peor que le puede pasar a un país. -¿Cómo van las ventas? ­-Creo que es un éxito insólito que en poco tiempo llegue a la quinta edición un libro que habla de política, denso, muy voluminoso, pero que sin embargo, ha suscitado verdadera pasión. -El libro tiene 1.200 páginas. ¿Cabe en ellas todo lo «incontado» de los 13 años de gobiernos socialistas? -No, incontado, no. Pero creo que es la primera vez que Felipe González, Alfonso Guerra y sus ministros hablan en primera persona y hacen una valoración honesta y rigurosa de su acción de gobierno: de sus errores, de sus aciertos, incluso de algunos horrores. Creo que el valor fundamental de este gesto es la honradez. -¿Hay mucho incontable o no publicable? -Mucho no. Algunas cosas las he mantenido en reserva porque me lo pidieron y porque fueron conversaciones aparte de la grabación y privadas, pero no hay grandes misterios que oculten de su acción de gobierno. Sí resulta insólito oírles hablar en primera persona incluso de sus peleas internas. Todavía hoy en el libro se pelean con mucha limpieza e intensidad. También es verdad que aportan datos no conocidos y muy interesantes. -¿Todos colmaron sus expectativas en las entrevistas o alguna la defraudó? -En general todas fueron muchísimo mejor de lo que yo esperaba. Era una apuesta difícil porque en la condición humana está la tentación de blindarse, de protegerse y de buscar coartada. El gran triunfo de este libro es que han sido incluso demoledoramente sinceros y autocríticos. -¿Se puede hacer periodismo en Madrid sin tener que ponerse en contra del grupo de enfrente? -Las políticas editoriales son tan antiguas como el mundo. Son grupos de opinión y de poder que están para ganar dinero, por eso puede resultar farisaico que la gente se escandalice con esas cosas. Está en la mente de todos que hay grupos editoriales que son estupendos en cuanto a que hacen un seguimiento al Gobierno, y no lo son otros en tanto y en cuanto no lo hacen. -¿Usted, que dirigió los servicios informativos de TVE, comparte o comprende la actitud del actual responsable, Alfredo Urdaci? -A mí me ofendería muchísimo, en términos objetivos y democráticos, que me pudiesen comparar con lo que hace ese señor. Solamente digo que ahí están mis telediarios, que todavía no se han borrado y se pueden comparar, y reto a un debate público con la exhibición de los telediarios, y que la gente recuerde cómo nosotros tratábamos al líder de la oposición, el señor Aznar, y lo que hace el señor Urdaci, cómo trata al actual líder de la oposición, que muchas veces opta por ni siquiera tratarlo. Lo que acaba de pasar con la Audiencia Nacional no ha pasado nunca en la televisión pública. Es una auténtica vergüenza. La forma de reproducir la sentencia califica y define a quien lo hace. -¿Para dirigir los informativos en la televisión hay que estar blindados contra las presiones? -Yo creo que hay que tener confianza y seguridad en lo que uno hace. A mí me decían que si me llamaban desde el Gobierno y siempre dije que todo lo contrario: a veces echaba de menos una información, una orientación. Pero la tentación de utilizar una televisión pública está en cualquier partido. -¿Por qué ni el centro, ni la izquierda, ni la derecha crearon una BBC a la española? -Hay que preguntárselo a los políticos, pero es la gran asignatura pendiente de la democracia.