José Blanco y Elena Grandío reciben los premios Voces del Año de Galicia

REDACCIÓN LUGO

LUGO

ÓSCAR CELA

El secretario federal de organización del PSOE cree que el último año fue muy importante para el partido El secretario federal de organización del PSOE, José Blanco, y Elena Grandío, enfermera de Médicos sin Fronteras, son los dos lucenses a los que el Grupo Voz concedió su premio Voces del Año de Galicia, que hoy serán entregados en un acto que organizado por la Fundación Fernández Latorre se celebrará en su Museo Editorial y de Artes Gráficas, en Sabón. Blanco cumplirá en julio un año como responsable de organización de los socialistas españoles y hace balance de estos meses.

06 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

La noticia de que el lucense de Palas de Rei José Blanco era el nuevo secretario federal de organización del PSOE causó impacto en toda Galicia, pero muy especialmente en Lugo. El 22 de julio pasado, José Blanco López dio un paso de gigante en su carrera política y se convirtió en el número dos de los socialistas españoles, con cuyo nuevo secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, llevaba trabajando estrechamente desde marzo. Hoy, casi un año después, dice que el cargo supuso, obviamente, cambios importantes en su vida, porque implica «mucha más intensidad, mucha más responsabilidad y mucha más reflexión a la hora de tomar decisiones». Señala que la primera reflexión que hizo fue para preguntarse si sería capaz de estar a la altura de las circunstancias y no defraudarse ni defraudar a quienes confiaron en él. Meses muy importantes Han sido unos meses, señaló José Blanco, «muy importantes porque supusieron un gran impulso al partido, tanto desde el punto de vista de la cohesión interna como de la confianza conseguida en la sociedad». En este año escaso hubo momentos realmente malos para este lucense de Palas, que se inició jovencísimo en la vida política. Recuerda que hacía poco más o menos una semana que había sido elegido y que estaba inaugurando el congreso de los socialistas murcianos cuando tuvo que acudir al País Vasco porque un destacado compañero de partido había sido víctima del terrorismo. No fue la única vez.