Miguel Rodríguez, de marcar en Distriz a hacerlo en Primera División

luis conde MONFORTE / LA VOZ

SOBER

CEDIDA

El jugador con raíces en Monforte y Sober marcó su primer gol con el Celta en Sevilla

08 abr 2023 . Actualizado a las 20:46 h.

El 7 de abril de 2023 será recordado como un día muy especial por Miguel Rodríguez. Este futbolista con ascendencia en la comarca de Lemos —su abuela, Sara Martínez, vive en Distriz (Monforte), y su abuelo, José Rodríguez, era natural de Gundivós (Sober)— marcó su primer gol con el Real Club Celta, y lo hizo en el Sánchez Pizjuán. Fue en el minuto 89 y supuso el 2-1. Después llegó el empate (2-2), con gol de Paciência.

Miguel Rodríguez no jugaba con el primer equipo del Celta desde noviembre del 2020 y precisamente en el Sánchez Pizjuán, en Sevilla. Era el primer partido del Chacho Coudet, pero desde entonces habían casi pasado dos años y medio cuando Carlos Carvalhal le volvió a dar la oportunidad a los 76 minutos del partido de este viernes. Y en esta ocasión, jugó, marcó y el equipo vigués rescató un punto.

Su debú en Primera División se produjo el 4 de octubre del 2020. Y la alternativa se la dio Óscar García. Entonces, el futbolista de la Ribeira Sacra cumplía su gran sueño.

La evolución de Miguel ha sido meteórica. Aquel debú en la máxima categoría del fútbol profesional le llegó en su momento sin haberse estrenado con el Celta B. Contaba con 17 años. Fue uno de los máximos goleadores del juvenil de División de Honor, y eso contribuyó a que los vigueses se clasificaran para la Youth League. Con el juvenil celeste de Jorge Cuesta se había estrenado siendo ya cadete.

Nunca olvidó sus raíces

Miguel Rodríguez visitó con asiduidad Distriz y Gundivós —ahora menos—, y en una entrevista concedida a La Voz de Galicia en enero del 2021 recordaba sus vivencias en la zona, en la que nunca faltó el balón. «Iba a jugar al campo de la fiesta de Distriz, porque el fútbol siempre fue mi pasión. Disfruté siempre pasando aquí los veranos», aseguraba el futbolista.

Además de sus padres y su hermano, su fan número 1 es su abuela, que no se pierde ningún partido del Celta por televisión. «No es muy futbolera, pero desde que está ahí su nieto no se pierde ningún partido», recordaba José Manuel Rodríguez, padre de Miguel.

El futbolista nació en Redondela el 29 de abril del 2003 donde viven sus padres, ya que su abuelo se marchó desplazado allí para trabajar en Renfe. Miguel comenzó a jugar al fútbol con 5 años, y lo hizo en el Choco. Ahí estuvo cinco campañas. Sus actuaciones despertaron el interés del Celta siendo benjamín, pero su padre optó por no dar el paso entonces.

Sí fichó siendo alevín. En las categorías inferiores del Celta deslumbró. Fue la perla goleadora de la cantera. Fue premiado como pichichi y mejor jugador en varios torneos con el alevín A en el curso 2014/2015. Pero fue en la temporada 2016/2017 cuando batió récords al anotar 100 de los 369 goles del infantil A, que se proclamó campeón.

Miguel Rodríguez es un extremo zurdo, que destaca por su rapidez y explosividad. Es técnico y tiene un buen golpeo de balón. Tiene todas las papeletas para hacer historia en el Celta. Ya se estrenó como internacional. «Debuté con la selección española sub-16. Fue un momento inolvidable, y mi sueño será jugar algún día en la absoluta», señalaba el futbolista.

RC CELTA

«Carvalhal me dijo que encarase y chutase, le hice caso», señaló el canterano

Al final del partido ante el Sevilla, Rodríguez valoró su participación. «Llevo toda la vida trabajando para poder tener esta oportunidad y estoy muy contento. Yo juego con el B y trabajo con ellos cuando me llaman para ganarme una oportunidad, hoy me la dio y estoy muy contento», indicó en la zona mixta tras el partido. Carlos Carvalhal le dio instrucciones concretas antes de ingresar en el terreno de juego: «Me dijo que estuviera abierto en banda y que cuando pudiera que encarase y golpease a puerta, le hice caso y al final tuve la oportunidad de marcar».

Pensó que su zurdazo desde la frontal, colocado al palo, no tendría incidencia en el juego: «Pensé que no había valido, estaba todo el mundo en silencio y me dije: ‘¿Qué ha pasado aquí?’ Pero al final vi que valió y lo celebré con mucha euforia».