Arde en Sober una casa que está vacía desde que su dueño se mudó a un asilo

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

SOBER

Las llamas provocaron el derrumbe de parte del tejado de la vivienda, que está en una aldea de Doade

13 oct 2022 . Actualizado a las 17:58 h.

Un incendio provocó importantes destrozos este jueves por la mañana en una casa de Sober. Los vecinos vieron el fuego a primera hora de la mañana. En la casa no hay nadie desde que hace algo más de un año su propietario y único ocupante se mudó a vivir a una residencia de mayores en Monforte. El suceso se produjo en la aldea de Francos, situada en la parroquia de Doade.

La primera en darse cuenta de que pasaba algo fue una vecina que a eso de las ocho y media de la mañana salió a pasear a su perro. Al pasar por delante de la que los vecinos conocen como Casa do Ignacio (por el nombre de un familiar del actual propietario), vio que salía humo por una ventana, así que alertó a otros vecinos y uno de ellos pidió ayuda al teléfono de emergencias 112. Desde esa centralita movilizaron a su vez a los bomberos de Monforte y a la Guardia Civil.

Cuando llegaron los bomberos, el fuego ya había avanzado y de la casa salía una columna de humo visible desde la carretera de Monforte a Castro Caldelas, que pasa a unos seiscientos metros de distancia. La casa afectada es una vivienda de planta baja y piso superior y de construcción tradicional, levantada sobre todo a base de piedra y madera. Las llamas prendieron pronto en la estructura de madera y provocaron el derrumbe de una parte del tejado, que se vino abajo sobre la cocina.

Los bomberos apagaron el fuego antes de que se propagase al resto de la casa, pero tuvieron que trabajar durante horas para enfriar los rescoldos. La caída parcial del tejado formó un amasijo de restos con abundancia de madera, lo que hizo más lentas y complicadas las tareas de extinción. La estructura de la parte de la casa más alejada de la cocina no sufrió daños por el fuego, pero tiene elementos que presentan signos de deterioro, como un corredor de madera de diez metros de longitud en la que en tiempos era su fachada principal.

La aldea de Francos está formada por alrededor de dos docenas de casas de las que solo la mitad están habitadas de forma regular. Tres de ellas fueron restauradas en los últimos años para ser utilizadas como alojamientos para turistas, que vienen atraídos sobre todo por la cercanía de esta aldea a uno de los tramos más espectaculares y conocidos del cañón del Sil.