El agua de Sober sale en su mayoría de la vieja mina alemana de Freixo

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

SOBER

Edificios de la explotación minera activa hasta el final de la Segunda Guerra Mundial
Edificios de la explotación minera activa hasta el final de la Segunda Guerra Mundial CARLOS RUEDA

La concesión de caudal caducó después de treinta años y el Ayuntamiento pide a la confederación que la renueve

14 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Documentos del siglo XV dan cuenta de la extracción de hierro del yacimiento de las minas de Freixo, en la parroquia monfortina de Marcelle. La explotación moderna comenzó en 1913 impulsada por la Compañía Minera General de Galicia, de la que eran accionistas importantes banqueros de la época. En 1924 pasaría a manos de una empresa de capital alemán vinculada al grupo Thyssen y dirigida desde Monforte por el vicecónsul del gobierno de ese país en Galicia, el ingeniero Friedrich Wilhem Cloos. Poco después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial cesó la actividad en la mina, de la que solo perviven un conjunto de edificaciones ruinosas y kilómetros de galerías abandonadas. Desde hace algo más de treinta años, sin embargo, tiene un aprovechamiento muy poco conocido. De allí sale la mayor parte del agua para la red de suministro del vecino municipio de Sober.

La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil tramita actualmente, a instancias del Ayuntamiento de Sober, la renovación del derecho de aprovechamiento de aguas de la galería excavada en las minas de Freixo, cuyo período inicial de vigencia caducó el pasado mes de junio. El permiso inicial de la concesión de caudal se produjo a raíz de la primera fase de la traída de aguas a Sober, cuya contratación fue aprobada en octubre de 1989. La Consellería de Economía, dirigida entonces por Fernando Salgado, financió las dos fases de las obras con setenta millones de las antiguas pesetas.

Sober dispone ahora de tres captaciones procedentes de otros tantos manantiales. En la más antigua, construida en la parroquia de Bolmente hace más de cincuenta años, se están llevando a cabo trabajos de limpieza del manantial y de sustitución de la antigua tubería de fibrocemento. La más reciente fue instalada en unos pozos próximos al río Cabe a su paso por Canaval, parroquia que se abastece pese a ello del agua procedente de la mina principal de Freixo. Entre ambas obras se hizo necesaria esta última toma, debido a las limitaciones del manantial de Bolmente para poder atender las necesidades de consumo.

Sabotajes en sus inicios

Cuando el pleno adjudicó las obras de la captación de Freixo, en el otoño de 1989, Sober había dejado atrás un verano que el alcalde de la época, Jesús Vázquez, calificaba de «crítico» por las carencias en el suministro. La nueva traída estaba llamada a resolver unas limitaciones que se habían agudizado durante los años anteriores. En sus comienzos, sin embargo, surgieron problemas debido al malestar entre los de vecinos de lugares próximos a la antigua mina alemana que utilizaban el agua del manantial para el riego de fincas agrícolas. Durante meses, se sucedieron los sabotajes en forma de roturas intencionadas de las tuberías.

Una de las antiguas galerías de la mina de la que salía el hierro para Alemania
Una de las antiguas galerías de la mina de la que salía el hierro para Alemania CARLOS RUEDA

Los problemas por el manantial de Freixo desaparecieron y desde entonces solo hubo que lamentar un incidente, en este caso ajeno a los conflictos con los vecinos de la zona. «Hai anos parou o subministro despois de que colapsase unha galería. Por sorte, o cascallo saíu só, foino lavando a propia auga», explica el alcalde de Sober, Luis Fernández Guitián. En esa captación, según detalla, existen dos depósitos y el primero de ellos -que requiere de una mayor periodicidad en la limpieza- sirve para eliminar el hierro del agua por el sistema de decantación.

El clorado se lleva a cabo en los depósitos de Proendos y Vilastrille, que están comunicados entre sí. Según datos municipales, la traída que depende del Ayuntamiento llega a un setenta por ciento de sus algo más de 2.000 habitantes y a cerca del cuarenta por ciento del territorio de Sober. Entre las parroquias que cuentan con suministro municipal Rosende, Millán, Refoxo, Proendos, Figueiroá, Anllo San Martiño y Canaval.

A esta última localidad llegaba el hierro de la mina, en su última etapa de actividad, cargado en vagonetas suspendidas en cables. Desde su estación de tren salía en dirección al puerto de Rande, en la ría de Vigo, desde donde era embarcado en dirección a Alemania. Sin el manantial que esconde la olvidada explotación de Freixo, señala Guitián, habría sido inviable acometer la ampliación de la traída en Sober. Una gran bolsa de agua situada bajo las galerías de la mina garantiza un suministro medio de tres metros cúbicos a la hora a la red municipal.