El carballo que se reencarnó en oso pardo

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

SOBER

CEDIDA

La figura del animal fue esculpida con motosierra en el tronco de un roble centenario que cayó sobre un garaje en Sober

29 jul 2019 . Actualizado a las 07:52 h.

En Sober no se conforman con hacer leña del árbol caído. Demasiado sencillo, por lo visto, en tierra de viticultores heroicos. En Pena de Mira, aldea de la parroquia soberina de Vilaescura, el tronco de un roble centenario que se desplomó hace un mes sobre un garaje ha encontrado una segunda vida. El tocón de aquel imponente roble se ha transformado en un oso pardo de la mano del artista Eugenio Linares, especialista en crear arte con la madera a golpe de motosierra. El alcalde, Luis Fernández Guitián, quiere exportar la idea a otros puntos del municipio. «É unha forma de que perduren nos espazos públicos árbores senlleiras que estean danadas ou que ameacen con caer», apunta.

El carballo de Pena de Miras se desplomó sobre el garaje de una vivienda habitada pocos días después del paso de la borrasca Miguel. Los vecinos llevaban tiempo con la mosca detrás de la oreja y habían sugerido al Ayuntamiento la conveniencia de talar el árbol. Entre otras razones, por su proximidad a la iglesia. «Nestes casos non é sinxelo actuar. Nas árbores grandes que están tan mal hai risco de que alguén poida resultar accidentado. Tamén da certa pena que desaparezan de todo», dice Guitián.

«O carballo tería tranquilamente trescentos anos», comenta un vecino de avanzada edad, sentado en el banco da madera acoplado al oso pardo de Pena de Miras. A Eugenio Linares, el artífice de la escultura, le impresionó la estampa del roble con sus enormes ramas partidas. Nada más verlo, propuso darle una segunda vida tallando sobre el pie del tronco uno de sus originales montajes. En Sober no sorprende su estampa de artista motosierra en mano. Cada año, acude al concurso de talla mediante esta técnica coincidiendo con la Feira de Amandi.

Selfi muy solicitado

En una de estas demostraciones modeló un banco flanqueado por las réplicas de una barrica y de un enorme racimo de uvas que ahora causa sensación entre los visitantes. Está en el jardín municipal, en la plaza principal de Sober. Raro es el turista que no se lleva un recuerdo del asiento en forma de selfi. No es el único banco con la firma de Eugenio Linares que se puede ver en la Ribeira Sacra. Hay otro al pie del embalse del Miño en la playa fluvial de A Cova, dentro del municipio de O Saviñao.