Investigan si un hombre le pegó un tiro a su perro porque mataba gallinas

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE

SOBER

Los agentes de Medio Ambiente y el Seprona acercan el remolque al perro antes de capturarlo
Los agentes de Medio Ambiente y el Seprona acercan el remolque al perro antes de capturarlo CARLOS CORTÉS

El animal fue encontrado ayer en Sober herido por un disparo en la boca

05 jun 2019 . Actualizado a las 11:55 h.

Agentes de Medio Ambiente y del Seprona rescataron este martes en una aldea de Sober a un perro gravemente herido con un disparo en la boca. El animal había sido tiroteado el domingo y desde entonces vagaba por los alrededores de su casa sin que la Guardia Civil que lo buscaba consiguiese dar con él. El Seprona investiga si el autor del tiro es el propio dueño y si le disparó porque un vecino se quejó de que le había matado varias gallinas. Las heridas que sufre el animal son muy preocupantes. Permanece ingresado en una clínica veterinaria de Lugo y no está claro que vaya a sobrevivir. Sea quien resulte ser finalmente el autor del disparo se enfrenta a una condena por maltrato animal, que puede conllevar incluso penas de prisión.

Agentes del destacamento del Seprona en Monforte buscaban al animal herido desde que este domingo el servicio de emergencias 112 recibió una llamada de una persona que aseguraba que en Nogueira, una aldea perteneciente a la parroquia de Amandi, habían tiroteado a un perro. El aviso llegó también al Ayuntamiento, que envió a Nogueira a personal de la agrupación local de Protección Civil que tampoco logró encontrar al animal tiroteado.

La búsqueda dio resultado ayer por la mañana, cuando una pareja de agentes del Seprona encontraron al perro agazapado junto a la entrada de una de las casas de Nogueira. Los guardias avisaron a la Xunta, que a su vez pidió al alcalde de Sober, Luis Fernández Guitián, que acudiese al lugar con un veterinario y envió al lugar a dos agentes de Medio Ambiente. En una inspección visual, el veterinario constató que el animal tenía la boca prácticamente destrozada. Entre los guardias y los agentes de Medio Ambiente lo capturaron con un lazo y lo introdujeron en el remolque de un coche de la consellería para su traslado al hospital veterinario Rof Codina, en Lugo.

La Guardia Civil tiene ahora que determinar quién y en qué circunstancias disparó al perro, que al parecer vivía en la misma casa junto a la que ayer apareció. Ayer por la mañana no estaba la persona que normalmente vive allí. Los agentes tratan de determinar si fue el residente de la casa el que le pegó un tiro después de que un vecino de una casa próxima fuese a quejársele porque el perro había matado a varias de sus gallinas. Según esta versión, el propio vecino le prestó al dueño del can su escopeta para que lo matase.

La legislación actual castiga con dureza agresiones a animales como esta. La ley gallega de protección de los animales de compañía, que fue aprobada en el 2017, castiga este tipo de comportamientos con multas de entre 5.000 y 30.000 euros. Pero es que además el código penal prevé condenas de entre seis y dieciocho meses de prisión. La Guardia Civil tendrá que determinar además si la persona que disparó el arma tiene licencia para utilizarla, porque si no es así no se enfrentará solo a una acusación de maltrato animal.

El perro fue encontrado ayer agazapado junto a la puerta de entrada de la que se supone que es su casa
El perro fue encontrado ayer agazapado junto a la puerta de entrada de la que se supone que es su casa CARLOS CORTÉS

Tres días sin beber y con la mandíbula muy dañada

El perro tiroteado en Amandi carece de chip de identificación y no figura en ningún registro. Todo apunta a que el disparo de escopeta lo alcanzó de refilón y por eso no lo mató. En todo caso, le destrozó la mandíbula y el maxilar derechos y le afectó gravemente también a la lengua. El animal presentaba también síntomas de deshidratación, presumiblemente porque con el hocico en ese estado debía de llevar tres días sin beber ni comer nada. Los veterinarios de la clínica Rof Codina lo van a alimentar con suero y tratarán de curarlo de sus heridas.

El protocolo para estos casos dice que Medio Ambiente tiene que poner toda la información en manos de la Fiscalía, que es el órgano que puede ordenar el sacrificio del animal en caso de que los veterinarios consideren que no hay otra solución.