Media docena de familias
Durante todo el fin de semana, la media docena de familias que vive en Anguieiros y los residentes esporádicos en las casas del poblado se ven obligados a dar un largo rodeo para salir y entrar allí. No están incomunicados, porque a esta zona se puede llegar desde el sur por tres rutas diferentes, por Trives, Larouco y, la más corta, a través de la aldea de Peites, en el vecino municipio de Ribas de Sil. Pero las tres son mucho más largas que la salida directa a la carretera N-120 que les permite la pista que atraviesa el cauce antiguo del Sil, un camino de servicio de Iberdrola utilizado sistemáticamente por quienes se desplazan en coche por la zona.
No es extraordinario que el Sil vuelva al cauce que secaron los romanos cuando desviaron el río hacia el túnel para obtener oro. Los vecinos de la zona saben que eso es algo que sucede algunos inviernos. Lo raro es que este año ya ha pasado dos veces, la anterior en el mes de enero. «Nos últimos seis anos xa pasara alguna outra vez que se volvía encher o cauce vello, pero non que iso sucedera dúas veces o mesmo inverno», explica Xosé Manuel Fernández, de la asociación de vecinos Boca do Monte, de la parroquia de Montefurado.