Quiroga abrirá el calendario alternativo de las ferias del vino

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

QUIROGA

La pandemia impedirá por segundo año que se celebre la Cata dos Viños de Vilachá
La pandemia impedirá por segundo año que se celebre la Cata dos Viños de Vilachá ROI FERNÁNDEZ

Amandi, Chantada y Pantón también cambian de fechas en un año en el que no habrá Festival do Viño de Monforte ni Cata de Vilachá de Salvadur

11 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La pandemia pasa factura por segundo año consecutivo al calendario de ferias del vino de la Ribeira Sacra. En el 2020 solo se salvó en su formato habitual la de Chantada, la más madrugadora de todas, que se clausuró solo cinco días antes de la declaración del estado de alarma. A estas alturas, la situación sanitaria no mejoró lo suficiente como para mantener esas celebraciones vitícolas en sus fechas habituales. Sober y Quiroga esperan poder sacar adelante sus ferias del vino entre los meses de julio y agosto, mientras que Chantada y Pantón, que no renuncian a organizarlas, aún no le pusieron fecha. Monforte y A Pobra do Brollón, por su parte, descartan celebrar el Festival do Viño y a la Cata dos Viños de Vilachá de Salvadur.

Quiroga se apresuró a reservar fechas en el calendario alternativo de ferias del vino. La suya, que tradicionalmente se celebra sábado y domingo de Semana Santa, queda aplazada para el fin de semana del 25 de julio. Si la pandemia lo permite, se mantendrá el formato habitual aunque con algunos retoques. «El pregón del sábado puede reunir en la feria a más de seis mil personas y eso está claro que difícilmente va a ser posible», apunta el alcalde, Julio Álvarez.

La idea es que, por vez primera en su dilatada trayectoria, la feria de Quiroga reúna no solo a los cosecheros de la zona, sino también a bodegas dadas de alta en la denominación de origen. No solo procedentes de ese municipio, sino de toda la subzona de Quiroga-Bibei, a la que pertenece también la ribera de Vilachá de Salvadur.

Homenaje a los cosecheros

Coincidiendo con las fechas en las que debería haberse celebrado de no ser por la pandemia, el Ayuntamiento organizó una serie de actos conmemorativos de la Feira do Viño de Quiroga. El pasado 26 de marzo, con motivo del cuarenta aniversario de la muestra, se abrió una exposición conmemorativa con carteles y botellas de los participantes. Ese mismo escenario acogió el Viernes Santo un homenaje a los cosecheros fallecidos, en el que se entregaron obsequios de recuerdo a sus familiares.

Sober no tuvo tanta suerte como Chantada el pasado año. La Feira do Viño de Amandi fue sustituida por una muestra enfocada a profesionales, con cata y premios a los mejores vinos, que tuvo como escenario el pasado mes de diciembre en el hotel Pazo de Sober. Este Domingo de Ramos tampoco se pudo celebrar la feria y el Ayuntamiento quiere recuperarla los días 11 y 12 de agosto, coincidiendo con la fiesta de la rosca. No obstante, la decisión final se tomará en el plazo aproximado de un mes, cuando el alcalde, Luis Fernández Guitián, se reúna con los bodegueros que participan habitualmente en la muestra.

De momento, la Feira do Viño de Amandi ya tiene cartel elegido para anunciarse. Lo mismo sucede con la de Chantada, aunque en este caso todavía no se baraja una fecha alternativa. El concejal responsable de su organización, Manuel Diéguez, explica que en marzo se acordó «pospoñela, pero non suspendela». De la evolución más inmediata de la pandemia dependerá, según señala, el formato y la elección de las fechas alternativas.

La feria de Chantada debía haberse desarrollado el segundo fin de semana de marzo. Ante la imposibilidad de celebrarla, la organización barajó en esas fechas una serie de actividades complementarias. La alternativa era ofrecer catas y visitas guiadas a las bodegas, pero esa posibilidad se descartó finalmente. Fue una decisión acertada, porque las fechas teóricas de la feria coincidieron con un endurecimiento de las restricciones por la situación sanitaria. «Xusto eses días pecharon o interior dos bares», apunta Diéguez, que en vista de ese precedente prefiere no aventurar por ahora posibles fechas.

Del calendario de ferias vitícolas de la Ribeira Sacra, hay dos citas que se descartan de nuevo por causa de la pandemia. El Festival do Viño da Ribeira Sacra no se celebrará y tampoco habrá este año Cata dos Viños en el conjunto de bodegas centenarias de Vilachá de Salvadur. La Mostra dos Viños de Pantón, por su parte no será en las fechas habituales. El alcalde, José Luis Álvarez, descarta que vaya a tener lugar en verano y sugiere la posibilidad de trasladarla a los meses de otoño. La idea, según indica, «é facer unha especie de festa da vendima».

Tomé avanza cambios de formato para una próxima edición «máis ambiciosa e de maior calado»

El alcalde de Monforte y presidente de la Diputación, José Tomé, avanzó en el último pleno municipal que en la edición del próximo año del Festival do Viñoa de Ribeira Sacra se apostará por un formato «distinto e novidoso». Tomé indicó que el enfoque del festival será «máis ambicioso e de maior calado» para que el sector del vino pueda resarcirse del parón motivado por la pandemia. «Hai que recuperar esa promoción. Temos que situarnos no mapa porque agora estamos un pouco baixos», señaló el alcalde en referencia a la situación del sector en la denominación de origen.

Tras una etapa inicial de colaboración con el consejo regulador, el Ayuntamiento organiza ahora en solitario el Festival do Viño da Ribeira Sacra de Monforte en colaboración con las principales bodegas.

Viña Cichón, toda la cosecha despachada en plena crisis

Para las grandes bodegas, las ferias tienen interés como escaparate de sus vinos. Los pequeños productores, por el contrario, pueden llegar a despachar en ellas un porcentaje importante de la cosecha. Más todavía si tienen la suerte de obtener alguno de los premios en la cata oficial. Es el caso de la bodega familiar de la subzona de Amandi Viña Cichón, que en marzo había agotado las existencias de la cosecha del 2020 pese a que el año pasado no hubo feria propiamente dicha en Sober.

Pero hubo cata y el premio que obtuvo esta bodega parece haber contrarrestado el parón de la hostelería. «Teño os meus clientes de toda a vida», dice el bodeguero, Domingo López.

Un negocio que va mucho más allá de las ventas de las bodegas

Los miles de botellas despachadas son la referencia habitual en los titulares que sirven de balance de algunas ferias del vino. Pero esas estimaciones no siempre tienen que ver con un cálculo ajustado a la realidad, según reconocen a modo de confidencia las propias bodegas participantes. Las ventas directas, por muchos titulares que brinden, dejaron de ser el fuerte de las ferias. A diferencia de lo que sucedía en las primeras ediciones, el vino ya no solo está disponible para los compradores mediante la venta directa por parte del productor.

«Vender séguese vendendo, pero ninguén vai ás feiras coas expectativas de hai vinte anos. Nas feiras hai que estar, para o que sabe xa do teu viño a por outros que poden coñecelo e buscalo logo», señala un bodeguero.

Muchos visitantes acudían en otros tiempos a esas ferias a comprar cajas de vinos -a poder ser alguno premiado en la cata- que no se podían localizar con facilidad fuera del lugar de producción. Hoy se va a probar y se carga con estuches de dos o tres botellas.

Movimiento en los cajeros

La venta de vino, por lo demás, es solo la punta del iceberg de un negocio que también repercute en la hostelería y el comercio. En Quiroga se dice que el fin de semana de la feria del vino salen de los cajeros de los bancos alrededor de 400.000 euros. En Chantada, el movimiento según parece es mucho mayor que el fin de semana principal de las fiestas patronales.