Penadominga, un castro que empieza a mostrar sus secretos

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

QUIROGA

Un aspecto de los trabajos de desbroce realizados en los pasados días en el castro de Penadominga
Un aspecto de los trabajos de desbroce realizados en los pasados días en el castro de Penadominga CEDIDA

El asentamiento que acaba de ser desbrozado en Quiroga puede datar de entre los siglos IV y V

30 jul 2020 . Actualizado a las 19:17 h.

Después de permanecer durante mucho tiempo oculto por la maleza, el castro de Penadominga vuelve a ser visible al haber sido desbrozado por un campamento juvenil de trabajo y se reafirma como uno de los lugares de mayor interés arqueológico del municipio de Quiroga. Según explica el arqueólogo Iván Álvarez Merayo, que dirigió los trabajos de desbroce, el antiguo asentamiento cuenta con un importante sistema defensivo formado por cuatro fosos. Ahora también se puede apreciar que el monte donde se encuentra sufrió una gran alteración cuando se levantaron las estructuras constructivas del castro, lo que sucedió posiblemente entre los siglos IV y V de la era actual.

Al ser retirada la maleza que cubría el castro -apunta asimismo el arqueólogo- se puede ver que el terreno fue excavado, aterrazado y rellenado con tierra y escombros a fin de acondicionar las superficies de ocupación y darles una forma aplanada. Sin embargo, estas terrazas acabaron por derruirse en gran parte con el paso del tiempo -después de que el castro quedase abandonado- al desplomarse los muros de piedra que las sujetaban. Álvarez Merayo indica también que estas terrazas, situadas a diferentes alturas, estaban conectadas por rampas, de una manera similar a la del castro de Vilamor, situado en el municipio de Folgoso do Courel. «De feito, o castro de Penadominga é moi parecido a outros castros que hai na comarca, nos concellos de Quiroga e Folgoso», agrega.

Áreas de habitación

El arqueólogo señala también que al derrumbarse los muros y los rellenos de las terrazas desapareció gran parte de las zonas del castro donde se encontraban supuestamente las viviendas y otras construcciones que debieron de formar el asentamiento. Lo que queda ahora del área habitada es básicamente la croa o recinto central, con una superficie que «non se ve moi xenerosa», según opina Iván Álvarez. En el lugar se pueden ver por otra parte algunos vestigios de antiguas cabañas.

Según todos los indicios, las estructuras constructivas del castro que se pueden apreciar en la actualidad -una vez despojadas de la vegetación que las cubría-, pertenecen a la época romana, pero el arqueólogo no descarta que el lugar ya estuviese habitado en períodos anteriores a la romanización. «Pero mentres non se fagan escavacións non se pode afirmar nada a ese respecto», agrega.

Por otra parte, Álvarez señala que los materiales y las técnicas constructivas del castro se corresponden cronológicamente con algunas piezas arqueológicas -hebillas metálicas de cinturones, monedas y fragmentos de cerámica- que están depositadas en Museo Provincial de Lugo desde la década de 1950 y que supuestamente proceden de este yacimiento. No obstante, puntualiza el arqueólogo, «tampouco é seguro que esas pezas procedan realmente de Penadominga, porque a persoa que as encontrou dixo que saíran deste sitio, pero tamén puido recollelas noutro lugar». Para confirmar esa procedencia sería necesario realizar excavaciones en el castro de Penadominga y encontrar otros materiales similares a los del museo lucense.

En la pasada década aún se podían ver algunos restos de antiguas construcciones en el castro de Penadominga. Desde entonces, la vegetación silvestre fue cubriendo toda la zona, de forma que ya no se podía apreciar prácticamente nada. El desbroce fue realizado por un grupo de voluntarios de un campo de trabajo organizado por el Ayuntamiento de Quiroga con el apoyo de la Xunta.

 Un poblado que sirvió seguramente para controlar una antigua ruta por el valle del Sil

La función que tuvo el castro de Penadominga todavía está por determinar. Iván Álvarez apunta que si se confirma que fue construido entre los siglos IV y V, pertenecería a una época en la que las explotaciones de minería aurífera de la comarca de Quiroga ya estaban abandonadas o bien se hallaban en la última etapa de su actividad. De ser así, difícilmente habría servido para controlar las rutas que llevaban a las minas, como otros castros del período romano existentes en el territorio. «Tamén pode ser que primeiro servise para controlar esas rutas e que despois tivese outra función», añade. En todo caso, el arqueólogo considera que el castro de Penadominga sirvió seguramente para controlar el paso por por el valle del Sil.