Solicitaron asesoramiento técnico para realizar los primeros arreglos
26 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El inmueble deshabitado que da acceso a la capilla rupestre de O Cotillón, datada por algunos expertos entre los siglos VI y VII, tiene nuevos dueños. La casa fue adquirida a los herederos de la familia propietaria por cuatro hermanos residentes en Vigo y sin vínculos con el municipio de Pantón, donde se encuentra ese vestigio de los orígenes del monacato en la Ribeira Sacra. Según pudo confirmar este diario, los compradores contactaron con el Ayuntamiento para recabar información sobre los pasos que deben seguir para restaurar cuanto antes los elementos en peor estado de la vivienda.
Las obras que se puedan llevar a cabo serán tuteladas por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, ya que la capilla rupestre de O Cotillón figura entre los bienes inmuebles clasificados en el paisaje cultural de la Ribeira Sacra. Desde diciembre del 2018, cuando la Consellería de Cultura e Turismo publicó el correspondiente decreto, el enigmático oratorio tiene la protección que implica la categoría de BIC.
La construcción tras la que se esconde la cueva que se cree sirvió de eremitorio en la Alta Edad Media es denominada «casa do Portaleiro». Por ese apelativo se conocía a José Manuel Domínguez, quien la edificó en el año 1950 en esa aldea de San Román de Acedre —parroquia ribereña del tramo final del Cabe— sobre otra antigua de piedra. La vivienda se mantiene en relativo buen estado, pero la cubierta del cobertizo anexo se vino abajo hace más de tres años. Los nuevos dueños se fijan ahora como prioridad proceder a la recuperación de la techumbre del alpendre.
La existencia de la capilla rupestre trascendió en 1997 por pura casualidad, a raíz de la compra de unos electrodomésticos por parte de la familia que levantó la casa. Los encargados de transportarlos hasta allí fueron invitados por el dueño a tomar un refrigerio. Y al entrar en la bodega vieron que aquello no era algo común. José Manuel Domínguez facilitó desde entonces el acceso a la cavidad a varios expertos que se interesaron por el hallazgo. Pero las visitas se interrumpieron en el 2004, cuando la vivienda quedó deshabitada.
Debido a su avanzada edad, O Portaleiro y su esposa se fueron aquel año a vivir con unos familiares a Vigo, donde se llevó a cabo finalmente la venta de la propiedad. Los nuevos dueños solicitaron el asesoramiento de los servicios urbanísticos municipales para realizar los arreglos necesarios en la vivienda y las construcciones anexas. Los trámites, no obstante, serán complejos por la afectación derivada del paisaje de interés cultural.
Un hallazgo excepcional y un contexto muy delicado
Los expertos consultados coinciden en calificar de excepcional el hallazgo de la capilla rupestre de la aldea de O Cotillón. Pero en el descubrimiento también hay que valorar, apuntan algunas fuentes, el contexto extremadamente delicado en el que se produjo. La cavidad sufre filtraciones de agua y por encima de ella discurre una pista de acceso a los viñedos de esa parte de la ribera del Cabe. La titularidad de la casa permaneció durante un tiempo sin aclarar por completo y está por ver cómo pueden haber afectado al conjunto estos años de abandono. El eremitorio, en todo caso, se ubica en una propiedad privada y no puede visitarse.
La cavidad tiene planta de cruz latina y en su interior se distinguen varios grabados. Hay una especie de capilla excavada en la roca en la que puede verse tallado el símbolo de la cruz cristiana sobre un altar o arca de la alianza, todo enmarcado por un arco semicircular y resaltado mediante un color blanco.
San Pedro de Rocas
El historiador Artemio Martínez, de la Universidad Autónoma de Madrid, abogó en mayo del 2018 por un estudio exhaustivo del eremitorio de O Cotillón durante la presentación de una investigación sobre las fundaciones monásticas que fueron promovidas en el siglo VII en el Bierzo por el obispo y monje Fructuoso de Braga. «Un caso muy representativo es San Pedro de Rocas, pero hay muchas cavidades que nunca fueron estudiadas y pueden contener rastros de los antiguos monjes y eremitas», declaró entonces a este diario.
En los últimos años se realizaron proyectos arqueológicos en distintos espacios vinculados a los primeros tiempos de la cristianización en la Ribeira Sacra: San Pedro de Rocas, A Ermida, Vilachá de Salvadur y O Preguntoiro, también en Pantón.