Muere a los 58 años el fundador de una bodega pionera de Pantón

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

PANTÓN

Javier Fernández, frente a su bodega en Espasantes, en una foto de hace tres años
Javier Fernández, frente a su bodega en Espasantes, en una foto de hace tres años ROI FERNÁNDEZ

Javier Fernández era el propietario de Adega Saíñas

20 jun 2020 . Actualizado a las 07:50 h.

«Este año hay alguna sorpresa», advertían en 1999 los organizadores de aquella edición de la Mostra dos Viños da Ribeira Sacra justo antes de desvelar que uno de los premios grandes había ido para una bodega de la ribera del Cabe en Pantón, en aquel momento algo así como la hermana pobre de una denominación de origen entonces muy joven y con zonas productoras de más lustre. Aquella bodega era Saíñas y su dueño se llamaba Javier Fernández González. Pionero de la producción profesional de vino en Pantón, Javier Fernández acaba de morir a los 58 años.

La muerte de Javier Fernández, que se produjo durante la madrugada de este viernes, causó consternación en el municipio de Pantón. En realidad, no fue ninguna sorpresa porque el hombre llevaba tiempo enfermo y su estado se había agravado en los últimos tiempos, pero se trataba de una persona muy conocida y también muy apreciada. Su fallecimiento deja en cierta manera huérfano el sector local del vino en Pantón. En los primeros tiempos de la denominación de origen, él fue de los que pelearon por poner en su sitio los vinos de las zonas con menos proyección. En una entrevista que publicaba este diario poco después de aquella Mostra dos Vinos, Javier Fernández dejaba claro que ya en aquel momento «el consumidor aprecia los buenos vinos de la Ribeira Sacra sin que le importe si son de tal o cual sitio» y añadía que «de los viejos viñedos de la ribera del Cabe pueden salir vinos excelentes».

 En aquel 1999, la Adega Saíñas cumplía seis años de vida. Javier Fernández levantó en la parroquia de Espasantes una bodega profesional sobre un puñado de hectáreas de buenas viñas que hasta entonces habían sido utilizadas únicamente para autoconsumo y como ingreso complementario mediante la venta directa de la uva a otras bodegas. Él mismo, que tenía 31 años cuando puso en marcha la bodega, compaginó en los primeros tiempo su viaja profesión de albañil con la nueva de productor y vendedor de vino. Pronto su nuevo negocio fue lo suficientemente bien como para permitirle dedicarse en exclusiva a él.

«Sempre disposto a axudar»

Javier Fernández deja viuda y una hija. Y muchos amigos que también lo van a echar de menos, como el alcalde de Pantón, José Luis Álvarez, que unas horas después de enterarse de su marcha lo definía como «unha gran persoa, sempre disposta a axudar». Javier Fernández formó parte en diferentes elecciones municipales de la candidatura del Partido Popular que encabezó en Pantón José Luis Álvarez, pero siempre en puestos bajos, así que no llegó a ser concejal.

Su cuerpo está siendo velado desde este viernes por la mañana en el tanatorio de Ferreira de Pantón. El funeral se celebrará el sábado a las siete de la tarde en la iglesia de Espasantes. Será enterrado a continuación en el cementerio de esa parroquia.