Pesqueiras, mirador sobre el Miño

C. Rueda / F. Albo

PANTÓN

Una localidad de la parroquia de Atán, en Pantón, conserva numerosos recuerdos del tipo de vida tradicional de las poblaciones de la Ribeira Sacra

02 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El pueblo de Pesqueiras, perteneciente a la parroquia de Santo Estevo de Atán, en Pantón, se encuentra en un típico paraje muy representativo de la Ribeira Sacra del Miño y conserva numerosos recuerdos del estilo de vida tradicional de las poblaciones ribereñas. Para llegar a este lugar es preciso salir de la capital del municipio, Ferreira de Pantón, por la antigua carretera N-120. Pesqueiras está situada a ocho kilómetros.

La actividad vitícola característica de la zona está bien representada en la localidad. Una gran parte de la ribera de Pesqueiras estaba plantada de viñedos y cada vecino tenía su propia bodega, adosada a la vivienda o levantada en algún otro lugar próximo. Un buen ejemplo de ello son las bodegas conocidas por los nombres de Xan y de O Zorro, situadas en la parte alta del pueblo, que se conservan íntegramente y siguen utilizándose como tales. Una de las casas que poseían mayores extensiones de viñedos -en sus mejores tiempos llegaba a elaborar hasta cuatrocientos canados de vino, es decir, en torno a 12.800 litros- era la conocida como Casa do Muíño do Buxán, a la que también pertenecían dos molinos. Uno de ellos, levantado junto a la vivienda, fue construido a principios del siglo XVIII. Las piedras con que fue construido procedían del lugar de Pena Pombeira.

Del pueblo parte un camino hoy asfaltado que da acceso a las viñas situadas en los lugares de O Costedo y O Candedo, pasando por los barrios de O Torrantoiro y Aldea de Abaixo. En el lugar de A Costiña, nada más pasar O Torrantoiro, sale a la derecha otro camino que comunicaba con Atán, llamado Camiño da Igrexa. Cruzaba el arroyo de O Fontao y pasaba por los lugares de O Picorelo y O Sobredo. Este antiguo camino de carro en tiempos era utilizado para llevar al cementerio de la iglesia de Atán a los vecinos fallecidos, cargando los féretros a hombros. Actualmente se encuentra cerrado por la maleza.

Castañas, fruta y leña

Junto con el cultivo de los viñedos, la producción de castaña también tuvo una notable importancia en la economía local y proporcionaba una excelente fuente de alimentación para el ganado porcino. Los castaños abundan particulamente en los soutos de A Piuca y en la zona de O Carqueixal, entre Pesqueiras y Freán. La zona se caracteriza además por su abundancia y variedad de árboles frutales.

Una actividad muy propia de la zona consistía en la obtención de leña para consumo doméstico en las partes bajas de la ribera del Miño, un trabajo que cooperaban todos las familias del pueblo. Para llevar a cabo la pesada labor del acarreo de la leña por las escarpadas cuestas de esta zona, los vecinos formaban cuadrillas y con el fin de darse ánimo solían contratar a un gaiteiro del pueblo de A Míllara, que los acompañaba tocando durante el trayecto. Esta labor se llevaba a cabo los domingos.

La cooperación entre los vecinos también era algo típico de la épocas de las mallas, en las que el trabajo se llevaba a cabo en un ambiente de fiesta. Cada familia solía cosechar entre catorce y veinte carros de cereal, con una media de 150 mollos o manojos por carro, lo que da una idea aproximada de las abundantes cosechas. La mayor parte de las fincas en las que se sembraban los cereales -trigo y centeno- se encontraban en la zona de Guítara. El trabajo realizado por la máquina de mallar había que pagarlo con dinero. En cambio, la tarea de la limpieza del grano se cobraba en especies. Por cada cincuenta ferrados que se limpiaban, se cobraba medio ferrado de grano. La casa de Baldomero llegó a limpiar mil ferrados de pan en una de sus mejores cosechas.