Solidaridad Solar tendrá que irse del monte que ocupa en O Saviñao

Carlos Cortés / Luis díaz MONFORTE / LA VOZ

O SAVIÑAO

Una vaca pasta entre los soportes para los paneles solares del fallido huerto solar
Una vaca pasta entre los soportes para los paneles solares del fallido huerto solar ALBERTO LÓPEZ

Un tribunal deja a la empresa sin opciones legales para evitar el desalojo

02 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La empresa Solidaridad Solar tendrá que dejar libre el monte que lleva años ocupando en O Saviñao a pesar de que su proyecto está paralizado desde hace tiempo. Acaban de perder el recurso judicial que habían presentado contra su desalojo y por la vía de la justicia ordinaria ya no les queda nada más a que agarrarse. La sentencia los condena además a compensar económicamente a los propietarios de esos terrenos.

La sentencia es de la Audiencia Provincial de Lugo, instancia a la que habían acudido los responsables de Solidaridad Solar para tratar de frenar su desalojo. Esta resolución puede poner fin a la larga agonía de una empresa que nacía hace quince años al calor del auge de las energías renovables y las primas a su producción financiadas por el Gobierno central. Apoyado por cientos de pequeños inversores locales, el proyecto acabó naufragando porque sus promotores no fueron capaces de ponerlo en marcha antes de que la política energética del Estado virase radicalmente y llegase el final de las primas.

El lugar que la empresa eligió en su momento para construir su huerto solar es un monte de titularidad comunal de O Saviñao situado en la parroquia de Seteventos. Los propietarios de ese terreno, agrupados en la comunidad de montes San Xoán de Abuíme decidieron recurrir a los tribunales en el 2016 para que les devolviesen sus terrenos. La empresa y los propietarios del monte comunal habían firmado en febrero del 2008 un contrato de cesión de 130 hectáreas. Los responsables de Solidaridad Solar abrieron caminos, colocaron una valla perimetral de cierre e instalaron los soportes para lo que iban a ser 690 seguidores solares. En el 2016 habían pasado ocho años y los vecinos no habían cobrado lo acordado por el alquiler de su monte. El parque seguía sin existir y sus obras de construcción estaban paradas.

Tras un largo procedimiento judicial, el juzgado número 1 de Monforte dictó sentencia en septiembre del 2019. Los vecinos propietarios del monte comunal tenían derecho a recuperarlo y la empresa tenía que llevarse todo lo que había instalado allí, incluidos los soportes para decenas de seguidores solares que nunca se terminaron de construir. Los representantes legales de Solidaridad Solar presentaron un recurso contra aquella resolución judicial, que es sobre lo que se acaba de pronunciar la Audiencia de Lugo. El tribunal ratifica la sentencia de Monforte y sostiene que no cabe siquiera entrar en el fondo del asunto porque los demandados no depositaron el dinero que les reclaman los dueños del monte en el momento que presentaron el recurso, como la ley dice que hay que hacer en estos casos.

La entrada de una empresa sueca se frustró por diferencias económicas

El proyecto de Solidaridad Solar se dio a conocer en el 2007. La empresa promotora anunciaba entonces la puesta en marcha de la mayor huerto solar de Europa, algo más de cien hectáreas se alquiladas a comunidades de montes del municipio de O Saviñao. La inversión prevista era de 144 millones -posteriormente se cifró en 177 millones- y buena parte del capital inicial procedía de más de cuatrocientas familias accionistas, en su mayoría del sur de la provincia. A finales de ese año, la empresa anunciaba, tras una reunión con responsables de la Xunta, que el huerto solar estaría en condiciones de comenzar a producir en doce meses y que el proyecto se desarrollaría en su totalidad antes del 2011.

Al poco de producirse aquel anuncio, el responsable de logística de Solidaridad Solar, un empresario de O Saviñao accionista del proyecto, anunció que lo abandonaba por «diferencias insalvables» con el equipo director. Solidaridad Solar obtuvo a mediados del 2008 un crédito bancario de 163 millones de euros, pero hubo que esperar a diciembre del 2010 para obtener los permisos para las obras. Finalmente, solo llegaron a colocarse unas pocas placas solares cuya energía nunca se comercializó.

La instalación del cableado hasta la central hidroeléctrica de Belesar no fue completada y entre las placas solares pastaban en los últimos años vacas y bueyes cuya entrega acabaría siendo reclamada por un accionista para compensar su inversión. Antes del inicio de las obras una empresa sueca se ofreció para liderar el proyecto, pero la firma del acuerdo se frustró a última hora porque Solidaridad Solar le pedía más dinero.