Enterrado en un alpendre ruinoso

Francisco Albo
Francisco Albo MONFORTE / LA VOZ

O SAVIÑAO

Roi Fernández

Un vecino de  O Saviñao fue sepultado entre escombros a un paso del cementerio, que está lleno

01 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un alpendre ruinoso con el tejado medio derruido alberga la precaria sepultura de Vicente Ibáñez Figueroa, un vecino del municipio lucense de O Saviñao que murió el 21 de julio, a los 79 años de edad, tras sufrir una caída en su domicilio, en la parroquia de San Vitorio de Ribas de Miño. Escombros, restos de viejos muebles y otros desperdicios están esparcidos dentro de la pequeña construcción donde se halla la tumba -sobre la que los vecinos depositaron un ramo de flores-, que está pegada al recinto del cementerio parroquial y que en tiempos se utilizó para realizar autopsias. El ataúd fue enterrado a poca profundidad y cubierto simplemente con lo que parece una mezcla de cemento y arena. A pocos pasos del alpendre está la iglesia románica de la parroquia, de notable valor histórico.

Según explica el teniente de alcalde. Juan Carlos Armesto, la decisión de enterrar a Vicente Ibáñez en este lugar se tomó tras consultar al párroco de San Vitoiro y comprobar que en el cementerio parroquial no había ningún nicho disponible. A la familia no fue posible consultarle, ya que hasta ahora no se pudo localizar a ningún pariente del fallecido. Al parecer oriundo de Valencia -era conocido por el apodo de Valenciano-, Ibáñez llegó a O Saviñao hace en torno a una década y se alojó en una casa en malas condiciones que el Ayuntamiento le arregló hace unos años dentro de un programa de ayudas para infraviviendas.

Una vida aislada

Apenas se relacionaba con los vecinos y, según uno de ellos, «era unha persoa moi conflitiva» y la gente «non quería tratos con el». No se le conocía ninguna actividad y tampoco parece fácil averiguar algo sobre sus orígenes y su pasado. «Creo que cobraba algunha paga, pero pouco lle duraba», dice el mencionado vecino. El gobierno local -señala Armesto- consideró que la mejor solución sería incinerar el cuerpo. «Pero para facelo é preciso ter o permiso dalgún parente e iso non foi posible porque non se conseguiu encontrar ningún», añade. El juez, apunta por otro lado el concejal, ordenó enterrarlo mientras la cuestión no se solucionase. «Se o xuíz autoriza o traslado, estamos dispostos a levalo ao cemiterio municipal», dice el teniente de alcalde.

El hombre vivía solo y sin trato con los vecinos, y no se pudo encontrar a ningún pariente  Aunque Vicente Ibáñez no tenía una buena relación con los vecinos de San Vitorio, el enterramiento provisional no ha sido bien recibido en la parroquia. «Creo que habería moitos sitios mellores para enterralo», opina una vecina que solo conocía al fallecido de vista. El portavoz municipal del PSOE, Celestino Rodríguez, dice no querer hacer demagogia con este asunto, pero pide que la sepultura sea trasladada cuanto antes a otro lugar. «No Concello din que o fixeron por orde xudicial, pero supoño que o xuíz mandaríao enterrar nunhas condicións normais e non nun sitio como ese», dice el edil. «Casos como este son excepcionais, pero o Concello ten que estar preparado para darlle unha solución digna, e máis nun municipio como o do Saviñao, que conta con tres cemiterios municipais», agrega.